Ayer mismo salí en la revista Tapas, concretamente hablando de los alimentos que pueden combatir en cierta manera el insomnio. Y es que entre plato y plato también me da para escribir en algún sitio que otro, así que échale un ojo si te cuesta plegar la oreja por las noches.

Manzanilla. “Por muy tópico y típico que sea echar mano de esta infusión cuando nos aquejamos de algún mal, lo cierto es que la manzanilla nos ayuda a dormir por razones que parten de la lógica: la tomamos caliente y eso insta a nuestro cuerpo a relajarse, es sedante y no contiene cafeína”.

Pan integral. “Contiene magnesio (mineral relajante muscular) por lo que nos deja preparados para meternos en la cama y disfrutar de un profundo sueño placentero. También es un alimento saciante, por lo que no tendremos que preocuparnos por el hambre a la hora de dormir”.





Almendras. “Comparte el mismo componente principal que el pan integral: el magnesio. Un puñado de estos frutos secos nos relajarán para ayudarnos a dormir. Por si fuera poco las almendras contienen melatonina que sirve, en rasgos generales, para pillar el sueño”.

Plátano. “Un deportista no pasaría nunca por alto esta fruta que repone el magnesio perdido en nuestro entrenamientos. Además de ser un relajante a nivel físico, también lo es en el ámbito neurológico. No sé si dormirás por el magnesio, el potasio y la melatonina que contiene el plátano o por la paliza que te has pegado cogiendo pesas, pero dormirás.

Leche. “La vitamina B6 de la leche nos ayuda a absorber el triptófano contenido en el mítico vaso de leche antes de irse a la cama, y eso nos ayuda a descansar más y mejor”.