Esta cervecería situada por el centro de Madrid (cerca de Pachá), es de esos sitios que llamo yo trotones, donde hay abundante comida, bebida y es barato.

Es recomendable ir con muchos amigos, pedirte una caña o una sangría y pasarte largas horas echandote unas risas y conociendo a gente.
El ambiente es joven, y no hay formalismos, cosa que se agradece mucho de vez en cuando.
Respecto al local, por dentro es de ladrillo, madera...no me disgusta, aunque como contrapunto tengo que ponerle el ruido y el calor que hace dentro.
Si quieres mesa, es mejor reservar, aunque yo prefiero de pie, porque al fin y al cabo es como terminas estando.


Si hablamos de la comida, importante pedir raciones, ya que si empiezas a pedir una tapa o una cosa para cada persona, es un lío porque hay muchísima gente.

Huevos rotos (alguna patata estaba hecha de hace bastante), ensalada mixta (aceptable), chorizo a la sidra (también bueno), albóndigas (buena salsa pero no estaban bien hechas), croquetas (OK)...la calidad no es su plato fuerte aunque es entendible ya que va bastante gente, aunque yo en estos sitios valoro más otras cosas.

Respecto al precio está bien, creo que fueron 11€, comida y bebida en abundancia como ya he dicho.
Recomendaciones: Poner unos barriles fuera para poder salir a tomar algo, por lo menos en verano ya que dentro es complicado estar entre el ruido y el calor.

Situado en Churruca 6, Madrid

PD: Las fotos son de la web de la cervecería, el día que fuí estuve a todo menos a hacer fotos.

Este fin de semana (aprovechando el "puente"), maleta en mano y billete en la otra, he puesto kilómetros por medio para reencontrarme con mi familia adoptiva catalana.

Los Castro Roca, que son todos de paladar fino, no podrían invitarme a comer a un sitio mejor que a El Celler, en un pueblecito de Tarragona, L'Arbocet.

Debido a las altas temperaturas, es conveniente hablar de lugares cálidos, con mar a ser posible, ya tendremos tiempo de escribir de la gastronomía de la heladora Suiza.
La razón del título no es otra, que el hambre que pude pasar alli, fueron mis vacaciones después de un largo verano en Londres estudiando inglés y claro, todo me lo había gastado en la ciudad del Támesis.

Visitar Grecia es un privilegio, pero si lo haces con tus amigos y de la mano de un griego como mi colega, Alexandros Loucopoulus, ese privilegio se multiplica por 10.
Es un país muy tranquilo, en la capital, llama la atención la forma de vida, la amabilidad de la gente, las edificaciones tan feas (no hablo de la Antigua Grecia) y que en la mitad de la ciudad haya un descampado con vistas al partenon...no podemos olvidar que es un país europeo.

A parte de visitar Atenas, estuvimos en Santorini (el lugar más tranquilo donde he estado), Ios, Mikonos y el Peloponeso, donde mi amigo tiene su casa de verano y donde fuimos recibidos con una gran cena al más puro estilo griego.

Entrando en harina, la comida griega es puramente mediterránea, puede tener influencias árabes por su ubicación...pero es mediterránea, mediterránea, el aceite de oliva es su pilar para cualquier comida.

Las hortalizas, entre ellas la berenjena, son ingredientes fundamentales para platos como la moussaka (un manjar), aunque si hay algo que supere la moussaka es el "kalokerino" (realmente no sé si se escribe asi), que es lo mismo pero sólo de verduras, con mucho queso y sin carne. De 10 y más si te lo hace la madre de un amigo griego!

Ayer tuve la oportunidad de ir a cenar a este restaurante situado en el reformado o mejor dicho, (re)construido Mercado de San Antón.
El Mercado se merece un capítulo a parte porque está muy bien montado, la variedad es la palabra clave en ese espacio de 3 plantas.

Un lugar amplio (y ahora hablo ya del restaurante), muy organizado, mucha madera, con unos suelos conservados...y el contraste de lo antiguo con lo actual, casa a la perfección, incluso diría yo, la mezcla de los materiales (y hay muchos) casan bastante bien.

Hace unos años, en una de las visitas a la capital, mis padres se quedaron alojados en el Palace, hotel que teníamos ganas de conocer pero que me "decepcionó" en cierta manera, es impresionante, no lo voy a negar, pero muy muy antiguo (decorado), llegando a parecerme en cierta manera viejo, aunque eso es un capítulo aparte. Sé que es el mejor hotel de España desde el 2008 (yo fui antes), pero como se suele decir, para gustos los colores.

El miércoles pasado, la Universidad de Harvard presentó uno de los estudios más exhaustivos sobre alimentación llevados a cabo nunca.
De este estudio se extraen cosas tales como que comer mal engorda (nada nuevo), dormir poco también engorda (curioso) y así un sinfín de hábitos.

Muchas veces la gente se cierra en banda y lo que tiene que cambiar (hábitos) no los cambia y lo que no debería "cambiar" (alimentos) los cambia, y ahi es donde empieza el fallo número uno.
La gente con sobrepeso u obesidad llega a creer que quitándose la mitad de los alimentos y sentado en su sofá con el mando a distancia en la mano, llegará a adelgazar.

No soy partidario (en personas sanas) de eliminar o excluir alimentos al tuntún por el mero hecho de que sean más hipercalóricos, es mejor elegir bien lo que comemos, comer de todo si es posible y lo principal, cambiar los hábitos, y cambiando los hábitos no me refiero a hacer deporte, que también, sino a pequeñas cosas que muchos de nosotros nos podemos ver reflejados:

- No desayunar - El cuerpo pasará muchas horas sin ingerir alimentos, y en el momento que lo hagas, lo almacenará como reserva (michelin) para que no le vuelva a pasar esa ausencia de alimentos.
- Cenar en exceso - Si a esto le unimos el que lo hacemos tarde, es un peligro, ya que no llegamos a hacer bien la digestión.
- Picar entre horas - Hay que hacer 5 comidas al día, pero no picar, no coger una bolsa de patatas fritas antes de cenar y después no cenar, no tomar unas chocolatinas después de comer cuando ya estamos saciados...

El primer consejo que doy a la gente cuando me dicen que quieren adelgazar, es que cambien sus hábitos, que hagan las 5 comidas al día, que se sienten a la mesa a comer y no lo hagan de pie, es decir, llevar una vida alimenticia ordenada.

A parte hay pequeñas cosas (pero no por ello menos importantes) que nos ayudan a llevar una vida sana, como evitar comer viendo la televisión ya que incita a que comamos más debido a que estamos entretenidos, servir la comida y dejar la fuente en otro sitio que no sea la mesa ya que sino caemos en el "¿quién se lo acaba? no lo vamos a dejar ahi", no somos basureros, no podemos comer más de lo que necesitamos, comer despacio masticando los alimentos...y así una lista de consejos que CAMBIANDO LOS HÁBITOS, no nos supondrán ningún problema con el paso del tiempo.

¡Educa a tu cuerpo desde ya!

Se puede considerar uno de los restaurantes más jóvenes de la capital zamorana ya que a penas cuenta con 4 o 5 años de existencia.
Situado en la céntrica y concurrida plaza del Maestro Haedo, este restaurante se mimetiza con el entorno, aunque una vez dentro, la armonía se considera el plato estrella, es un lugar "coqueto y elegante" según los responsables, en parte gracias a los maravillosos cuadros de Ana Zaragozá, donde el principal protagonista es el cliente y doy fé de ello, porque el exquisito trato es impagable gracias a Conchi, buena amiga de la familia.



Una cocina creativa que no pierde las raices de la tierra, del producto, del buen producto que tanto abunda en Zamora, desde setas, hasta la caza, todo con un toque de imaginación donde nos sorprenderá del plato, cómo lo comemos o con qué lo comemos según Ricardo el cocinero.

Este fin de semana pasado he hecho un parón en el trabajo y me he escapado del calor que por Madrid estamos sufriendo.
El destino ha sido Santander, yendo al norte te aseguras la comida, sé que la climatología no, pero sí el tema gastronómico, porque es un placer ir a Galicia, Asturias y todas las regiones del norte, no defraudan.

En mis incursiones gastronómicas, una noche fuimos a cenar a Casa Sampedro, un restaurante de barrio, pequeño pero muy agradable, donde es muy complicado conseguir mesa porque siempre está lleno.

Situado por la zona de Velázquez, este restaurante tiene como punto fuerte la cocina a la brasa. La comida se impregna de ese gusto a leña, tanto en las carnes como en los pescados, este gusto te hace sentir como un náufrago con una brocheta de sardinas delante de una hoguera.

El pasado sábado pude disfrutar de una buena cena con la mejor de las compañías en un restaurante que llevaba mucho tiempo detrás de él, pero siempre me lo encontraba con el cartel colgado de "completo".

La Arrocería Mediterráneo situada en la céntrica calle de Jorge Juan, es un lugar que pasa inadvertido.
Tuve un pequeño desencanto con el lugar, no sé si debido a la larga espera, que todo lo mitificamos más, pero me pareció un sitio frío, sin decoración, donde faltaba alma por decirlo de alguna manera, impersonal.
Menos mal que esta fue la única desilusión ya que con la comida triunfamos!

Ir alli es ir a tomarte un buen arroz (seco, caldoso...), y en nuestro caso así fue. Nos decantamos por unos entrantes a base de croquetas de jamón, una ensalada de gulas, gambas y salmón y como plato estrella un arroz meloso de boletus con trigueros, qué maravilla! El fallo, haber pedido entrantes, no porque no nos gustasen, sino por la cantidad de las raciones, en este caso la gran cantidad de arroz.

Dejamos la mitad literalmente y mira que somos de buen comer, pero como soy de la filosofía de que la comida es pecado tirarla, nos la pusieron para llevar sin ningún problema. Debe ser habitual porque están acostumbrados.

Situado en Jorge Juan 13, Madrid

La atención de los camareros muy buena, el lugar tranquilo, pero como he dicho carente de decoración, y de precio genial, 20€ por persona aproximadamente, ¿y esto por qué?

Desde que descubrí hace unos meses el portal http://www.eltenedor.es/ no paro de hacer reservas a diestro y siniestro, ya que cuenta con un gran abanico de ofertas y demás promociones de incluso el 50%, es fácil, sencillo y con sólo 3 clicks puedes hacer tu reserva.


El gran Marcos Alves (Director General al cual pude conocer la semana pasada y que tengo una comida pendiente con él), lleva trabajando en este proyecto desde hace 4 años.
Una placer poderme haber acercado por las oficinas y conocer al gran equipo que trabaja detrás de todo esto. Larga vida a eltener.es!

De los países siempre te tienes que quedar con lo bueno y aprender de lo malo.
Empezar hablando de Egipto asi, no da mucha confianza, pero realmente es un pais que me decepcionó. Me decepcionó todo lo que envuelve a la maravillosa egiptología. Creo que es un país anclado en el tiempo y que chupa de la vaca del turismo, pero del turismo de hace años sin llegar a renovarse. Se creen que teniendo lo que tienen, lo tienen todo hecho.

Famoso por sus impresionantes monumentos y su antigua civilización, la trastienda de todo lo que nos venden creo que es muy diferente. Pero no vamos a echar por tierra años y años de historia (que no me meto con ella sino con el país en sí) y hablaré de lo que pude saborear por esas tierras de pirámides.

El cordero es la carne más abundante, en distintas versiones ya que lo hacen a la brasa, como pincho moruno e incluso envuelto en hojas de parra con arroz, mashi, un plato muy típico egipcio.
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Me gustó mucho el tabbouleh que es sémola de trigo acompañado con verduras y se toma en frío. Sino recuerdo mal hay más versiones...pero os invito a que lo hagais. Yo lo he comido varias veces en España y es un plato muy bueno para esta época.

La mayoría de los alimentos van especiados porque les gusta mucho que sean sabrosos. En Egipto abundan las especias.

A parte de estos alimentos, la cocina egipcia es muy variada, toman pescado, verduras, y sobretodo distintos tipos de cereales. Los postres también parecen tener fama en Egipto, om ali, es un postre que se toma en caliente y que lleva coco (personalmente no me gustó).

Curioso lo que beben, y que lógicamente los turistas no podemos tomar, y es el agua de sabores o el agua de distintos olores. Para evitar posibles contratiempos-gastrointestinales (jeje) a lo largo del viaje, te recomiendan no probarlo. Una pena!
Al ser un país musulmán, su religión les prohibe beber alcohol (hay países árabes donde lo más fuerte que nos hemos tomado ha sido cerveza con sabor a rosas...sorprendente)

No recuerdo un mercado en sí donde la gente fuese a comprar, lo que si vimos fueron muchos puestos por las calles.



Para ir cerrando, os recomiendo que vayais a Abu Simbel, un lugar impresionante (por la grandiosidad) que es necesario incluir si no está en vuestro recorrido, a parte de Alejandría y su biblioteca...

Y una divertida foto de la Esfinge


PD: El pasado martes fui invitado a la entrega de premios de la revista GQ Hombres Elegantes Ermenegildo Zegna, ya que mi buen amigo Oriol estaba premiado. El lugar fué impresionante, la Embajada Italiana.
La cena fue de pie, muy rica, variada e innovadora, la pena que no pude hacer foto a ninguna delicia que pasó entre mis manos. Aún así pude capturar la buena iluminación del edificio.