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viernes, 16 de mayo de 2014

Relatos de mi padre Vol.III

Cuando tienes que cumplir con tu reloj biológico y disfrutar de la compañía de tu hijo sin más inquietudes que el murmullo del río, el dulce canto de los pájaros y de la maravillosa luz de una ciudad exenta de contaminación, te das cuenta que la felicidad está en las cosas mas pequeñas y mas cercanas aunque el menú a degustar sea únicamente de dos platos a elegir, eso si por el módico precio de 8€, está claro que no le podemos pedir peras al olmo.


Terminado el movimiento de mandíbulas, estiras las piernas y te quedas disfrutando del café acompañado de esos rayos de sol tan agradables en la silla de ese merendero, muy bien orientado aunque cargado de una abrumadora propaganda tanto en sombrillas, como en mesas, sillas y demás mobiliario, pero te colocas las gafas de sol y como dice el otro, ¡a vivir que son dos días!                       

Willy

viernes, 29 de noviembre de 2013

Relatos de mi padre Vol.II

Es complicado cumplir con tu organismo fuera de casa, pero cuando vas en compañía de la familia nada de eso importa. Un día cualquiera, un sol espléndido, y aunque en el ambiente se percibe un frío del carajo, se decide por unanimidad comer en la terraza del bar que esta gratamente orientada al sur, en ese momento te das cuenta que hay gente que le gusta ponerse como los lagartos realmente.


Después de un rato disfrutando de la comida y de unos buenos tragos de cerveza, percibes la mirada de un joven con una ligera sonrisa que te indica algo con el dedo índice en forma de ángulo, concretamente sobre el labio superior, y tú instintivamente, te limpias el labio pensando que el bigote lo tienes blanco con la espuma de la cerveza. Pero no, la sonrisa del chaval es mayor mientras me enseña su dedo pulgar hacia arriba con un signo de aprobación, me paro a pensar, y me doy cuenta que lo que me esta indicando es la alegría que le supone el que yo lleve bigote, pues es MOVEMBER y estamos en Londres. 

Willy     

lunes, 11 de noviembre de 2013

Relatos de mi padre Vol.I


Cuando el efecto del monótono desayuno diario (sobre de polvos para ir al baño, kiwi para ir al baño y café con galletas ricas en fibra para ir al baño) se va desdibujando de tu estómago según vas conduciendo y empiezas a notar ese cosquilleo interno que te dice “para en el próximo pueblo y tomate algo urgente”, sin rechistar obedeces las indicaciones de tu organismo, paras el coche, y nada mas entrar en el local, notas un olorcillo de empanada recién salida del horno en un ambiente agradable de gente disfrutando de un cotilleo matutino de televisión, después de haber degustado el café y seguramente algo mas. 
En ese momento empiezas a notar las papilas gustativas que se alborotan y comienzan a segregar saliva, pues no aguantan más sin catar algo, y al fondo del mostrador intuyes por el envoltorio unas empanadas...tu vista se fija como un ave rapaz sobre su presa, y en ese momento escuchas una voz en off de la atenta propietaria que te pregunta, "¿de chorizo o de bonito?" y tu mente se debate en esos momentos entre lo jugoso del tocino y el colesterol del mismo, y al final, en una rápida respuesta como si de un resorte se tratara, le dices: "una de cada", y así tu espíritu trata de compensar el engaño al cuerpo.

Willy