No es raro encontrar restaurantes por España que son apodados con sobrenombres o con el nombre de pila del que corta allí el bacalao. Este es el caso del mesón El Labrador, que es más conocido por el nombre del que se encuentra en fogones que por el que lo bautizaron hace años.




Dentro de este mesón de pueblo, te encuentras un lugar con mucha madera, el clásico gotelé de las paredes y muchos premios y fotografías colgadas de allí, ¡que se noten los reconocimientos! Eso sí, unas mesas blancas perfectamente vestidas que gritan a voces la palabra pulcritud.




En Zamora tenemos algunos días de verano que se arrugan, se ponen grises y unas buenas alubias de la zona al estilo fabada es lo más apetecible, ¡meterse este calórico exquisito plato entre pecho y espalda! Estaban bastante buenas y nada grasas como puede llegar a parecer.




De segundo me pedí un plato contundente pero fácil de masticar, carrillera. Se deshacía en la boca, como si fuese mantequilla, y la salsa espesa y sabrosa. La manzana arriba a la izquierda me sobra, ya está muy vista, aparte lo de dulce salado...y menos si es una fruta.




Para acabar fondant de chocolate y helado de vainilla con bien de canela espolvoreada por encima, la canela, ¡esa especia tan aromática! Tenemos que empezarla a sacar de los postres y probar con cremas y sopas, es un consejo.

La atención familiar y agradable, y de precio en torno a 30€ cabeza.

Situado en C/Doctor Corral 27, Castroverde de Campos, Zamora

Consejo nutricional: Los mofletes de la vaca, coloquialmente conocida como carrillera, es una carne tierna perfecta para la gente con problemas de masticación. Aparte la grasa que contiene entre las fibras la hace muy sabrosa.

Me hace ilusión escribir una entrada sobre un restaurante de Zamora después de tantos meses, ¡oye, que se echa de menos estas tierras castellanas zamoranas! Como decimos por aquí, de buena mañana nos cogimos el coche y "carretera y manta" hasta Benavente.




En Zamora tengo unos restaurantes de visita obligada por lo menos una vez en la vida (¡qué palabras digo con 27 años!). Casa Pepa con sus contundentes pucheros, El Rincón de Antonio y sus degustaciones, El Empalme con las setas de Gloria (no admito risas) o la familiaridad de La Marina. Pero tenía en el tintero desde hace un par de años una visita a Benavente, concretamente a El Ermitaño.




Este blog ya sabéis que no es nada encorsetado y se caracteriza por decir las cosas como son pero siempre de una forma educada (¿por qué estoy hablando en tercera persona?), que para algo siempre fuí a Colegio de monjas...¡ay dios, Dios!




Empezamos con una degustación de compota de tomate contundente y sabrosa. ¡Ah!, vino de Toro, que estamos por la tierra.




Mi amigo Jorge me dijo que de allí no me podía marchar sin probar los canutillos de cecina rellenos de hígado de pato (tiene más apellido el plato, pero me quedo con el nombre de pila). Unos canutillos potentes de sabor tanto del foie como la cecina, que se mezclan con el membrillo y dan un juego de texturas que mejor que venga Capel a ayudarme con los adjetivos, o yo quedaré de inútil. Ahora fuera de bromas, muy recomendable.




Continuamos (todo para compartir), con una sardina ahumada con pimientos, cebolleta, berenjena asada, ajo, piparras...mucha verdura. Lo de ahumar la sardina es un plús, y ponerle pata de mulo (queso de Villalón), plús y medio.




Mis padres (a los que siempre invito y ellos pagan este tipo de evento del paladar) se pidieron rape y cochinillo que probé y que estaban exquisitos, si queréis saber más, preguntadle a ellos si tienen un blog. En mi caso me pedí pluma ibérica asada (al humo del sarmiento, que te sabe mejor) con setas de cardo y pasta fresca, ¡pasta! Oye, todo un acierto lo de la pasta (estaba dudoso de pedirlo o no) y referente a la pluma, de las mejores que he probado, jugosa, tierna, ahumada...en fin, recomendable.




Y de postre, leche cacao, avellana y azúcar, ¿qué es? Pues Nocilla, o este curioso postre que se han sacado de la manga, una pena que no se vea realmente lo bonito del plato. Si os soy sincero me lo hubiese pedido para compartir, porque es para golosos.




La atención excepcional, educadísimos todo el personal que allí trabaja, de precio en torno a 40€ y aquí estoy hablando con la mital de El Ermitaño, Pedro, un tío tan educado como todo lo alto que es. Estuvimos debatiendo por qué les quitaron la famosa Estrella Michelín, y como bien dijo, "yo voy a seguir haciendo la misma cocina para la gente que venga", lo que importa es el comensal claro que sí, y los premios son de agradecer, pero el comensal es lo primero.

Situado en Ctra Benavente-León Km 1,2, Benavente, Zamora

Consejo nutricional: La sardina creo que es el único pescado que debido a su tamaño, permite tomarlo en otro formato como puede ser el bocadillo. Gran aporte de omega 3, y pescado azul por excelencia. Otra manera de comer pescado, y no siempre de segundo plato.

Me gusta mucho ir con mis amigos a sitios de cuchara, y viviendo aquí en Londres no sabéis lo que lo echo de menos (los platos de cuchara quiero decir, no a mis amigos jajaja). Esos sitios en los que te sacan el puchero al centro de la mesa y como dicen en mi tierra, "ancha es Castilla". Llevábamos mucho tiempo hablando de ir a Casa Pepa, que si se come muy bien, que si vamos a salir rodando, que si exquisitas las alubias, patatín patatán, que allí fuimos, hace tiempo, eso sí.




Estéticamente me lo salto, un restaurante de pueblo donde la estética les importa tanto como a mi el PIB, allí se va a comer bien, es un lugar correcto y lo demás da igual.




Rodeados de amigos poco más se puede pedir, ¡ah si! una mesa redonda para poder conversar mejor entre nosotros, eso es un buen punto.




Empieza el festival de la canción. Aviso a todos aquellos que anden haciendo dietas, o que tengan problemas de empacho...esto en mi casa lo llaman "heavy" así que cierra la pestaña y vete a hacer otras cosas porque lo que puedes ver aquí puede ser duro, ¡y no está todo!

Ensalada (para desengrasar y no hemos empezado), pulpo rico, bacalao, y unas mollejas de las que no soy fan pero que las probé y he de reconocer que se te va la olla para Camboya, churruscaditas, jugosas...otro rollo.




Pues empezamos con pata con patata, plato que me tomo todos los Miércoles Santo como cargador de mi procesión, y alubias. Platos contundentes pero sabrosos, hechos a fuego lento...me voy a mojar el culo vá, me quedo con las alubias.




Siguiendo con el festín, chuletones y costillas. Esto no es para elegir, aquí no te comes una cosa u otra, aquí te comes ambas cosas. Chuletones de ternera de Aliste (no coments) y costillas de cerdo, muy top.




Los postres sí son para compartir. Flanes, natillas, tarta al whisky...y una palangana porque estuvimos al borde de la explosión en grupo, eso sí, muy muy felices y contentos.




La atención muy buena, qué voy a decir, si en Zamora somos así, como en casa. De precio sino recuerdo mal fueron 25€ todo ese festín sí, aquí en Londres tendría que seguir fregando platos para poder pagar todo eso...¡ah no, que aquí no hay ternera de Aliste!

Situado en Plaza Mayor 28, Ferreruela de Tábara, Zamora

Consejo nutricional: No imitar. Bueno sí, pero sólo un plato, además es época de platos de cuchara.

La semana pasada con motivo de mi cumpleaños, celebramos la comida familiar en El Chivo, ya que el cumpleaños en sí lo celebré con mis amigos en pleno Camino de Santiago, pero eso es harina de otro costal.




Llegamos al sitio, y te encuentras una sala con sus mesas y estanterías, pelín añejo y con contrastes raros como la pizarra como reposaplatos y centros de mesa de mentira...hay muchos sitios "cutres" pero nada pretenciosos, esto no me daba a mi buena espina.

Nada más tomar asiento salió el jefe de cocina a saludar y a preguntarnos qué queríamos. Cuando voy a un restaurante, me gusta dejarme guiar o que me expliquen de qué va la fiesta, si tienes carta, perfecto, si no tienes carta seré todo oídos...pues allí tuvimos que ir deduciendo y rogando la única carta que allí tienen, situación muy incómoda y bastante tensa, realmente nunca me había pasado, espero que por lo menos se comiese muy bien para compensar este mal trago.





Y la verdad que en lo de comer se refiere, salimos muy bien parados. Puntas de espárragos con jamón exquisitos por la buena combinación de texturas. Unos boquerones abiertos (estilo bocartes pero sin freír) con un aceite potente y muy suave el pescado, y unos boletus con yemas de huevos, también bien. Todo esto para compartir.

Otra cosa que no quería olvidarme. Una de las camareras nos trajo aceite y sal para probar a la voz de "¡la servilleta!"...me imagino que no lo habréis entendido, nosotros a día de hoy tampoco.




Los pescados, o mejor dicho, los platos fuertes del restaurante (sólo tiene 3 pescados) estaban espectaculares. Mis padres se pidieron merluza y acabaron más que contentos, y yo mero y triunfé aunque no pedí cogote, ya que no me gusta pero aún así la cosa estuvo bien, con sus ajitos y su buen aceite.




De postres un helado de 3 chocolates casero muy suave, mousse de chocolate blanco y mousse de turrón (presente en la foto), nada que destacar.

La atención bastante deficiente ya que o conoces el sitio o tienes que cantarle los platos al cocinero, de precio en torno a 50€ por cabeza y como dice el refrán "una y no más, Santo Tomás", eso sí, repito y recalco que los pescados están exquisitos.

Situado en Av. Comuneros S/N, Morales de Toro, Zamora

Consejo nutricional: El mero es una carne de pescado blanco excepcional, muy saludable y con buen aporte de vitamina B y de selenio (antioxidante) entre otros minerales, si ya lo dice el refrán "de la mar el mero, y de la tierra el cordero".

Primeramente feliz año a todos. Y seguida(mente), empecemos a hablar de comida, ¡como no!. Para empezar bien el año, os voy a hablar de uno de los mejores restaurantes de mi tierra, de Zamora. Aprovechando estos días de Navidad por Zamora, la reunión de nietos y abuelo (¡amigo, quiero decir! como vea Willito que lo llamo abuelo me deshereda) la hicimos aquí por una buena y entrañable razón.




Mis abuelos se han dedicado toda la vida a la hostelería. Con varios metros cuadrados de bares/pubs a sus espaldas, mi abuela Luchy y mi abuelo amigo Willito, crearon tapas muy renombradas, que incluso a día de hoy siguen dando que hablar, desde las famosas "perdices" que no son perdices, hasta los tiberios, tapa que han reinventado este año Alfonso y todo su equipo en honor a mis abuelos en el restaurante Los Caprichos de Meneses.




Por dentro una sala de piedra, típicos comedores de Castilla, con mesas impolutas y bien vestidas y con un curioso arte por las paredes.




Aquí están los famosos tiberios, o renombrados como mejillones en suspensión. Un rebozado del mejillón, la rica y picante salsa y ¡voilá!, una de las tapas más conocidas de Zamora.

Alfonso nos dijo que eligiéramos los segundos, los entrantes corrían de su mano, así que como es buena gente a pesar de que nos llama de usted, nos fiamos de él y depositamos nuestras escasas dotes gastronómicas en sus manos.




Continuamos con unos tiernos blinis de foie. Esponjoso plato a la vez que suave. Los blinis tienen textura blanda, como de pan de leche, exquisito.




Pulpo a la brasa con patata y ajo blanco. Cuando vi ese tentáculo, se me hicieron los ojos chiribitas, ¡qué pedazo de plato! El pulpo en su punto, no voy a puntualizar nada porque simplemente me gustó mucho.




De segundo me pedí lechón,  hacía mucho que no lo comía. A pesar de su aspecto "seco" por fuera, que no os engañe la foto porque por dentro era mantequilla. Crujiente, muy crujiente por fuera y sabroso, aunque para mi gusto me sobraba esa sal maldon.




De postre, Alfonso nos sorprendió con un postre diferente para cada uno. A mi me tocó mousse de café con miel si no me equivoco, porque realmente fue el que menos probé, es lo que tiene ser el mayor de los nietos que eres el que eliges, o mejor dicho, el resignado al que todos comen su postre.
Aquí un no-forofo de los postres tiene que decir que los probé todos pero que debido a la cantidad de comida no pude más.




Lo que me olía. Bombones para rematar la jugada. Toda la comida regada con una botella de vino tinto Flor de Vetus ¡de litro y medio! Nos faltó un "na" para acabárnosla.




Alfonso nos enseñó su sala de juegos, o lo que viene a ser una bodega donde sólo los buenos amigos van a mover la copa, a catar esos brebajes que allí guarda. Me apunto a la siguiente.

El trato no lo voy a comentar porque queda feo decir tanto piropo, y de precio en torno a 40€, menos mal que para todo lo demás ahí está tu amigo de 85 años para pagar.

Situado en Plaza San Miguel 3, Zamora

Consejo nutricional: Los blinis es unn tipo de alimento de la zona noreste de Europa, por Polonia, Rusia...compuesto por harina, huevos, leche y levadura, se usa como base de alimentos y lo mejor es que es cocido o al horno, por lo tanto un cocinado sano.

Esta entrada viene calentita, recién salida del horno a pesar de ser fiesta. Todos, o muchos de los que me seguís sabéis de la existencia del Hispano, el bar de mis tíos en Zamora.




Al caso, un vermut en mano y patatas fritas en la otra, nos encontrábamos sentados la familia en la terraza puntuales como un reloj tomando el sol.




¿Qué? Bruch compuesto de 3 platos más postre.
Una ensalada de tomate con mozarella y canónigos. Empezamos muy bien.




¿Cuándo? Todos los sábados y domingo del año, exactamente de 14 a 16 horas.
Segundo plato, pisto con huevo poché, alucinante como hacen el huevo, y meterle la cuchara para romperlo y mezclarlo con el resto de verduras...¡una exquisitez!




¿Cuánto? Para ser exactos, 8€. Incluye 3 platos más postre, no incluye bebida.
Tercer plato un risotto con calamares, caldoso y en su punto.




¿Dónde? En la Plaza del Maestro, un lugar tranquilo donde aprovechar los rayos de sol y escuchar el sonido de la fuente.
Sorbete de limón con cava hecho en el momento. Muy refrescante.

¿Consejo nutricional? Imposible de decir porque cada día cambian los platos. Para seros sincero mañana repito, eso si, con mis amigos.
Publicado via app DraftCraft

Este fin de semana fui a Zamora aprovechando que mi padre se quedaba solo porque teníamos a la jefa de vueltas por el mundo. Padre e hijo, planazo de fin de semana de otoño.


Me lo debía del año pasado, pero entre pitos y flautas al final no fuimos. Al caso, que el sábado nos fuimos a comer a El Empalme, quizás uno de los mejores restaurantes de setas de España.
A escasos metros de la carretera (de ahi su nombre) se sitúa una inmensa casona con aires de merendero, con aires humildes y desenfadados.




Por dentro es igual que por fuera pero con sillas cómodas y una buena cubertería, pero eso sí, la piedra sigue estando como plato fuerte.
Alli han ido a comer desde presidentes de la banca, hasta algún jefe del Estado Español, al igual que Guillermo padre y Guillermo hijo no menos importante.




Ahi estábamos, padre e hijo, codo con codo con el Rejadorada y un buen pan de pueblo, de las cosas que más echo de menos aqui en Madrid.




Os resumo un poco antes de entrar en faena. Me pedí el menú de setas que consta de muchos platos todos ellos hechos con setas, ¡TODOS!, postre incluido.

1.- Seta con patatas y carne. Parto de la base que no estoy metido en el mundo de la micología, asi que aplicaré la teoría que me enseñó mi amigo Manolo Fariña con los vinos "o te gustan o no te gusta, no hace falta entender para disfrutar", pues eso. Este primer plato me gustó pero quizás el sabor de la patata restaba protagonismo a las setas, aún así muy sabroso.




2.- Lentejas con setas. Aqui notaba más las setas, eso sí, no me preguntéis de nombres porque no sé cuales son, pero sí se diferenciarlas por el sabor, y estas eran más suaves y con más contenido en "agua" a la hora de morderlas. La combinación exquisita.




3.- Arroz con setas, setas más "babosas" que las anteriores y con un arroz muy bueno. Para mi, de los 5 primeros a base de setas, el del arroz fue el que más me gustó.




4.- Setas con pularda. Buenísimo, con ese puntito avinagrado que tanto me gusta, unas setas oscuras muy carnosas que iban muy bien con la pularda y su textura más fibrosa.




5.- Y para rematar con los primeros, unas setas salteadas sin nada, esta vez ellas solas. Ahora es cuando me arrepiento no saber de setas...el tiempo me dará la respuesta.




A estos 5 primeros (que me los comí yo solo) hay que añadirle 2 segundos. Una merluza ex qui si ta, repito según mi padre, ex-qui-si-ta con salmorejo, cebolla caramelizada y setas por encima. Estaba buena sí, pero a estas alturas ya costaba comerse cualquier cosa.




El 2º de los segundos platos, fue solomillo con queso roquefort, corzo, y una salsa de café que me supo a gloria. Y hablando de Gloria, ahora paso a presentárosla.




¿Y quién es Gloria? La artífice de todo esto, la que es muy transparente según ella, la que cocina, friega, te cuenta un chiste...bueno eso último precisamente no porque tiene genio, mucho genio, tanto como para meterme el tenedor en la boca y hacerme comer las setas con el helado porque se estaba deshaciendo. Esta es Gloria, ¡una gran mujer!

Referente a los posteres, pastel de higo muy bueno, de naranja, unas setas con helado...yo ya no veía más.