El queso es una de mis pasiones. Bueno, el jamón y el Colacao son dos alimentos de los que podría vivir sin problema, pero si me tengo que decantar por otro (con el permiso de las sopas de ajo de mi madre), ese sería el queso en cualquier versión. Soy de Zamora, tierra de buenos garbanzos, buena carne y muy buen queso, y es que en Zamora cuidamos muy bien a nuestras ovejas.
Al caso, que hace unas semanas fuimos a Poncelet Cheese Bar a degustar unos buenos quesos (zamorano incluido lógicamente), y dejarnos sorprender por la cocina de tapeo (con y sin quesos) que allí tienen. Unos bocados apetecibles a base de mejillones, hummus o tomate pelado con base de queso que estaba de lo más sabroso y potente.
El precio sorprendente, bastante económico comparado con la parte de restaurante (en la que estuve comiendo cuando lo abrieron) y es que la parte de mesas altas es interesante, rápido, y ajustado a todos los bolsillos.
Al caso, que hace unas semanas fuimos a Poncelet Cheese Bar a degustar unos buenos quesos (zamorano incluido lógicamente), y dejarnos sorprender por la cocina de tapeo (con y sin quesos) que allí tienen. Unos bocados apetecibles a base de mejillones, hummus o tomate pelado con base de queso que estaba de lo más sabroso y potente.
El precio sorprendente, bastante económico comparado con la parte de restaurante (en la que estuve comiendo cuando lo abrieron) y es que la parte de mesas altas es interesante, rápido, y ajustado a todos los bolsillos.