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martes, 3 de mayo de 2016

Bodegas Ysios, camuflaje entre montañas (La Rioja)

Hace unos días, cuando la lluvia y las nubes sobrevolaban nuestras cabezas, decidí tirar millas para el norte y disfrutar de los días grises, entre vinos y platos de cuchara.
El lugar fue La Rioja. Logroño y su calle Laurel, sus típicas tapas curiosas y tradicionales cuanto menos (los nombres lo mejor) y una escapada para visitar alguna bodega a La Rioja Alavesa.

Pero para bodega, bodega, mimetizada con el paisaje, Ysios. Esas ondas que aparecías y desaparecían entre la niebla, esas ondas que se confunden con la montaña pero que tienen suficiente personalidad como para destacar, esas ondas de Calatrava, ¡esas ondas!








Por fuera parece una construcción de Lego pero a lo bestia. Es impresionante, es fuerte, y majestuosa. Imponente y a la vez tranquila, ondas, ondas y más ondas con un pequeño lago en la parte delantera que cuando hace sol refleja toda la estructura. Y si ves Ysios desde el cielo, simula una gigantesca copa de vino.








Por dentro unas cubas no especialmente grande pero con capacidad para hacer un gran vino del cual sólo sacan los años que sale muy bueno, una edición premium.
Lo curioso es la sala donde se encuentran las barricas con una humedad muy alta y con un humidificador que hace que la sala esté en penumbra y se te rice el pelo. Las barricas de roble francés, americano, y ojo al dato, ¡húngaro! Tras el tour por la bodega, quedaba lo mejor, la cata. Y no sólo por el vino, sino por lo bien montado que lo tienen.








Una cata entretenida y amena. No especialmente larga así que es apta para principiantes e incluso para los que no son amantes del vino, que pueden optar por el embutido, con control que sino a los demás se nos sube el alcohol a la cabeza.

Un gustazo poder visitar esta obra de arte entre montañas, gracias Ysios. 

viernes, 1 de abril de 2016

Reglas de oro en la nutrición, revista GQ

Este mes os doy unas pautas para irnos poniendo a punto de cara al buen tiempo. Es verdad que son pautas que debemos llevar todo el año, pero parece ser que florecen más cuando el sol empieza a asomar...acuérdate de hacerlas también en noviembre por favor.




Si queréis tener en cuenta estos consejos, id al kiosco a por la revista GQ y leeréis estos y muchos más consejos no sólo de nutrición. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Maria Cristina, ¡me quiere gobernar! (San Sebastián)

El pasado mes de abril tuve uno de esos fines de semana con los que tanto disfruto, un fin de semana gastro, con amigos, con buenos platos y mejores almohadas en hotel, conversaciones interesantes y desayunos repletos de fruta...¡un buen fin de semana con todas las letras!




Concretamente fuimos a San Sebastián, al hotel Maria Cristina, toda una institución. Y es que quedarse allí, es alojarse en un lugar con años de historia, con paredes que hablan de personas ilustres y con una atención exquisita.




Tan exquisita es la atención, que nada más poner un pie en mi habitación, me encuentro con una merienda "healthy" porque claro, uno es nutricionista y se cuida (un poco).





Tras un lavado de cara rápido tras el viaje, bajamos al bar con el director del hotel para conocer qué se cuece en el María Cristina. Surtido de quesos, zumo de tomate con bola de mozarella, foie-gras, croquetas de morcilla...¡creo que se cuece muy bien allí! Entiendase cocer por algo no relacionado con más de 2 gin tonics.




Y hablando de gin tonics y cócteles, aquí el famosímo fox-trot (gin invertido) de Javier de las Muelas, un auténtico espectáculo para los amantes de las bebidas espirituosas, una vuelta de tuerca al famoso gin tonic.
Bueno, no vamos a calentar mucho motores, que tenemos ruta de pinchos pintxos por la zona de Fermín Calbetón y aledaños. 





Empezamos en Casa Urola, un mítico de la ciudad tanto por la gente que va, como por los pinchos y lo fotografiable de todos los ingredientes que allí se exponen.
Empezamos probando una viera con ajoblanco, un buen bocado, acompañado de alcachofas con praliné de almendras y jamón, ¡bien por los frutos secos! Todo esto regado con txacolí del bueno, Txomin Etxaniz. Hay que hacerse fan del txacolí cuando se pisan tierras vascas, eso es un hecho.







Siguiente parada Bar Zeruko, allí degustamos un falso tomate (pimiento rojo con bonito y mayonesa) y una curiosísima tapa de estas que vienen con humo y que intentas hasta beberte el contenido...¡cuidado que eso no se bebe! Rosa de bogavante, crujiente y con un sabor a mar, algo sorprendente.






El siguiente, Borda Berri, es famoso por sus carnes. Un lugar de madera donde degustamos una jugosísima carrillera de ternera que bien podría haberme comido 10 e inundar trozos y barcos de pan en su salsa. También probamos un kebab, sí, unas costillas de cerdo asadas a baja temperatura, algo que se deshacía nada más hincarle el diente. Estaba muy bien especiada.






Y para rematar, fuimos a A fuego negro, donde comimos pajarito (codorniz frita con verduras en escabeche) y una tempura de verduras con alioli de patata y ketchup casero. Me quedo con la codorniz, quizás porque ya estaba bastante lleno.




De vuelta al hotel, un detalle por parte del hotel. Gin tonic con vistas a la ría. ¿Y si me quedo a vivir allí? Creo que Coco Chanel vivió y murió en un hotel de París...no le veo ningún problema el plan del Maria Cristina y pintxos a diarío, ¡no le veo problema!






A la mañana siguiente, tras despertarme en esa habitación, las sábanas me atrapaban y no me dejaban salir, vamos, como los lunes, pero tenía una carrerita pendiente por la playa de La Concha, hasta el Peine del viento y vuelta. Había que quemar lo de ayer y lo de hoy (y lo del mes pasado, lo de mañana...).






Y tras el ejercicio, hay que alimentarse bien. Desayuno de campeones que te crió, el mejor combustible para empezar el día. Mis desayunos en casa son de campeonato (), pero cuando salgo fuera...¡es una bacanal!








La mañana pintaba interesante. Los de San Sebastián Food habían organizado en sus escuelas, una masterclass para nosotros. ¡Otra vez que he vuelto a entrar en cocina! Y como siempre (y no es por tirarme flores y no, tampoco tengo abuela) no se me dió nada mal, además jugábamos con material importante, pinzas, flores, esferificaciones...¡estuve por llamar a un jardinero para que me echase un cable!, pero decidí juntarme con @mapihermida que de esto pilota bastante.








Todas y cada una de estas creaciones las he hecho yo, con mis manitas y mi pulso de robar panderetas. Eso sí, siempre fijándome con un modelo de plato, que uno es bueno, pero no tanto.
Espárragos de temporada con huevo, flores y caviar de aceite y trufa, un tartar de atún sobre carpaccio de frutas (ideón de cara a mis pacientes), y un postre que consistía en fresas con espuma de yogur. Nuestros profesores, todo unos profesionales y con una paciencia infinita.

¿Os he hablado del txacolí? Importantísimo hidratarse con el para que los platos te salgan perfectos.




Y así me quedé, con el Kursaal de fondo disfrutando de un maravilloso sol en la terraza de la suite Real. Una vez más, todo un placer.

viernes, 1 de mayo de 2015

La apetitosa fusión de la gastronomía y la nutrición

Hace un par de semanas, ADDINMA (Colegio de nutricionistas de Madrid), me invitó a dar una charla en el Congreso que organiza anualmente, para que hablase sobre eso que hago yo, eso de unificar nutrición y gastronomía, o al fin y al cabo darle una visión diferente a lo que es la nutrición de bata blanca y consulta.
Un placer compartir mesa con ponentes tan interesantes y con una visión nueva de la nutrición porque la verdad aprendemos todos, ya sea desde el punto de vista de la restauración, de la comunicación o la psicología.




En mi ponencia hablé sobre esto que estas leyendo, este blog, Comiendo Se Entiende La Gente, el porqué surgió la idea, cómo, cuándo, manera de enfocarlo...todo lo que se gestó en mi cabeza para llegar al camino en el que estoy enfocando la nutrición, no sé si mejor o peor, pero es la manera que más me convence hoy en día. La comunicación es fundamental, y claro que la nutrición se tiene que sustentar en pilares tan importantes como la gastronomía, el deporte o la psicología, pero lo fundamental, y más en esta profesión tan "nueva" y desconocida, es comunicar.

miércoles, 15 de abril de 2015

Marqués de Riscal, amanecer entre viñedos (La Rioja)

Este fin de semana pasado viajamos hasta la Rioja alavesa, y claro, como en la película "8 apellidos vascos", pasas la frontera con Castilla y León y empiezan las lluvias torrenciales y el mal tiempo, es lo que tiene el norte...¡de película!




Pero para película, la llegada a El Ciego. Llegar y ver esa maravillosa edificación de Gehry perfectamente alojada en el entorno, con esos colores y esos volúmenes es algo impresionante. A pesar de ser algo brutal, no desentona para nada, pero bueno, yo aquí no he venido a hablar de arquitectura, me gustó y punto.




Llegar, subir a la habitación para una lavada rápida de manos para irnos directamente a cenar. Vistas inmejorables a la iglesia del pueblo (El Ciego)





El menú degustación corre de la mano de Francis Paniego. Con la misma cantidad de ingredientes que de cubiertos, empezamos la aventura. ¡Esto promete mucho!




Comenzar con un guiño al entorno. Un aperitivo que no es otra cosa que sarmientos (se guardan las ramas y se hacen gavillas que se usan en verano para asar chuletillas por ejemplo). Sarmientos que son colines de queso. Un pequeño aperitivo muy bien con una buena parafernalia.




Caviar de vino tinto. Tanto la caja como el contenido me parecieron genial. Un exquisito caviar de la Rioja sobre foie-gras, un plato muy del lugar y algo bastante bueno, ¡siempre y cuando sea en este tamaño!




Croquetas, caseras. Cuando digo caseras no hace falta decir lo buenas que están, ¿no?




Otro plato sorprendente, hierba fresca. No se han vuelto locos y han cogido la bolsa del cortacésped y la han puesto sobre un precioso plato blanco, sino que sobre una crema de queso de oveja aparece foie-gras en polvo (brutal), polvo de hierba fresca (pero fresca fresca) y aire de leche de oveja ahumada. Un soplo de aire fresco, como dice el anuncia. Algo sorprendente, no sé, me sentía como en el colegio en la edad de la inocencia...¡todo me sorprende!




A pesar de lo mal que salió la foto, este plato estaba compuesto por un cilindro de trucha sobre una sopa que pensaba que era espinacas, y no, una sopa fresca de yogur, pepino y menta. Un plato fresco pero potente de sabor.




Remola asada, sepia, esfera de yogur y tierra. Muy sorprendente la sepia y bravo por poner remolacha (en trozo) en platos de hoy en día.




Este plato se llama las semillas. Uvas, cigalas y trozos de aguacate (me sobraban) con un centro de quinoa (bravo por incluirla) y con el jugo de cigalas, ajo blanco y AOVE.




Merluza sobre pil-pil de patata con aroma de vainilla. El toque de vainilla es puntazo para esta merluza, y la presentación totalmente limpia.






Y cual concursante de "lluvia de estrellas", se presentan las chuletillas a la brasa, ¿de qué? Pues precisamente por el tamaño de cordero no son, ¡conejo en formato chuletilla! Eso sí, el jugo es de cordero.




Y para rematar la jugada de los salados, cordero glaseado con jengibre y hortalizas frescas, ¡por fin llegó el cordero! Un cubilete de cordero carnoso y muy sabroso, acompañado de verduras como champiñones.




Bajo este cristal (comestible), un helado de vino y frutos rojos junto con uvas cocinadas al vino tinto, de esta manera conseguimos que las uvas sepan a vino, otro plato que guiña a la tierra.




Y si había pocos guiños en todos los platos, el último le hace la ola al lugar. Un generoso queso de cabra Camerano con aceite de oliva y toque a trufa, helado de calabaza y una base de tierra y cepas que sí, que si tienen que comer. Como tirarte en la tierra a comer la arena, pero en versión buena, ¡bravo!






Y para acompañar el té, unos macarróns de aceite de oliva, financiera, marshmallow de vino, teja de almendras, gominolas de tempranillo (acojonantes) y de vino blanco. Unas gominolas aptas para adultos, por favor Francis, ¿dónde las comercializáis?




Y tras la cena, tocaba subir a conocer la biblioteca con una estantería repleta de libros...pero a esas horas nada de leer, tocaba una digestiva para ir a la cama.
La chimenea, la lluvia, el entorno, esto es como para las tías escoger el vestido con los complementos perfectos, ¡un momento redondo!






La habitación algo majestuoso. Donde sabes si un hotel es bueno o no es en el baño (y en mi caso también en la cama, de 2x2). Amplio, confortable y con vistas a los viñedos, ¡amanecer entre viñedos!






Al día siguiente tenía pensado salir a correr pero la cama infinita me absorbía y no me dejaba salir, aún así desayuno de campeones. Dibujos de Frank Gehry en el comedor, y un rojo y blanco la mar de animado para empezar el día.
Y como estamos donde estamos, desayunos con productos de la zona. Me llegué a plantear lo de desayunar con una copita de vino tinto, pero me parecía muy heavy así que opté por el zumo de naranja.





Y si teníamos la sensación de que nos habían mimado poco, pues unos tratamientos y cuidados. Esfoliantes, masajes, tratamientos corporales con productos de la zona como pepitas de uva...no sé por qué nos hacen eso si el lunes nos tocaba volver a trabajar, ¡nos engañan como que somos ricos y poderosos y después no!
Importante hidratarse y más ahora que vamos hacia el buen tiempo. Nota: agua con limón para los próximos meses, así ya no tenemos excusa de que el agua es muy insípida.





Visitas a las bodegas de Riscal. ¿Sabéis que a Gehry lo convencieron abriéndole una botella de su año? A mi me dicen ahora que ponga a toda la plantilla a dieta y no hace falta ni que me abran una botella, sólo con que me dejen una noche más allí hago cualquier cosa.
La uva que usan allí para hacer el tinto y el rosado es la tempranillo, aunque también usan las variedades graciano y mazuelo.




En un vino hay 3 cosas importantes, la uva, el suelo (arcillo calcáreo y 1500 hect. en Riscal) y la edad de la viña, siendo las de más de 75 años idóneas para vinos de reserva.
Tras el proceso de espergurar (quitar la parte verde de la cepa), la selección y el quite de racimos, todo manual y artesanal, se pasan a las tinas de roble francés con capacidad para 1000 kg donde se llevará a cabo la fermentación alcohólica, el azúcar se transforma en alcohol. No intentar hacer en casa que os veo las intenciones.

Después fermentación maloláctica y a barrica donde estará 1, 2 o 3 años y posteriormente a botella también 1, 2 o 3 años o más (crianza, reserva y gran reserva).






De cada barrica se obtienen como 300 botellas (voy a apadrinar una barrica para mi y para todos mis compañeros).
Pero para impresionante, visitar la joya de la corona o la Catedral como la llaman ellos (con C mayúscula que esto es importante). Este espacio enmohecido y húmedo alberga botellas de hace 150 años, pero allí la forma de beberlas (si se beben claro, porque eso es inaccesible) es por degüelle porque tú imagínate como están los corchos de esas botellas. Sinceramente un auténtico placer que nos abrieran las puertas de esa maravilla, algo inolvidable.




Riscal produce una media de 10 millones de botellas al año, con un 60% de exportación.





Y tras la visita, ¡cata de vinos! Ahí ya fueron risas, diversión y desenfreno. Comimos, bebimos y nos lo pasamos en grande. No sé si en la cata aprendimos algo entre aromas a piña o gusto a frutos rojos, pero divertido fue un rato.





Vistas maravillosas a todo el pueblo de El Ciego. Ambiente tranquilo, momento inolvidables y un entorno digno de una de las 7 maravillas del mundo. Todo un placer.