A prinicipios de semana quede con Santi, un joven emprendedor, y un arriesgado de la vida. Lo que ha hecho sólo es apto para gente sin miedo, y como dice el refrán "quien no arriesga, no gana".





Hace apenas un mes abrió Celicioso, un paraiso para celiacos donde los antiproteinagluten pueden ser felices y disfrutar de los 5 sentidos, porque según él, la comida para celiacos no es muy...¿gustosa? lo podríamos denominar así.

La primera pregunta que me viene a la mente, ¿por qué una tienda para celiacos? "Yo soy celiaco, cuando me lo diagnosticaron pensé, ¡horror!, ¿qué es eso? se me acabó lo de comer bien". Si la vida no te da lo que buscas, créalo tu mismo.





Por dentro un ambiente cálido y tranquilo, me recordó como estar en casa, recogido, pequeño, con una luz agradable, allí lo que decora el ambiente son las tartas, las cookies y la sonrisa que tienen ellos.

El nombre de Celicioso viene del espíritu que quiere transmitir Santi "una comida sin gluten también puede ser deliciosa", y delicioso es ver a la gente que entra a comprar y le da las gracias por lo que hace, en su gran mayoría celiacos, aunque los hay de todas las nacionalidades de la bioquímica.





Los productos que usan, lógicamente carecen de gluten muy presente en la mayoría de los cereales (trigo, cebada, centeno...). Harina de maíz, de arroz y diferentes harinas mezcladas entre sí y mezcladas a su vez con fruta puede considerarse los ingredientes para realizar estas delicias de los más golosos.





Pero no todo está perdido para los celiacos con paladar salado, ya que también hacen pan de romero y orégano, pizzas y lasaña, ¡eh! que si no eres celiaco también te las puedes comer, ¡dímelo a mi!





Comentar que el brownie está de lo más bueno. ¿Dónde está el secreto? lo hacen en el momento y lo venden al instante, está blando y consistente. Tarta de plátano, de fresas, banoffee cake un clásico de la casa...una gran pizarra donde elegir.





Le pregunté qué planes ve de futuro, que por qué no se metía en el mundo de los diabéticos, intolerantes a la lactosa...la verdad que la pregunta no tiene sentido con escasamente un mes de nacimiento, pero le dije que no descartase la idea.

Por cierto, un par de restaurantes le compran las tartas y se pueden hacer encargos, asi que celiacos y no celiacos, no desperdiciéis una visita por Celicioso en C/Hortaleza 3.

De vuelta a Madrid después de pasar un gran fin de semana en el país vecino me siento solo, desprovisto de amigos con los que desayunar, comer y cenar, sin las olas del mar...¡y qué hago yo ahora!





Aveiro fue nuestro lugar elegido, ese paraiso con vistas a casas de rayas y al mar, donde la gastronomía se basa en "para 2 pessoa" en la mayoría de sus platos, y la traducción exacta al español es "comida para 4".





Alli donde las lechugas saben a lechuga y donde los tomates son tomates de verdad y no unas bolas brillantes y perfectas con sabor a cartón. Donde te arrepientes de haber pedido una ensalada cuando te ponen para picar unas aceitunas negras, mantequilla y un picadillo de pulpo...





Donde las raciones que pidas son para el doble de los que sois...donde no te traen una fuente, un plato, sino la perola donde han hecho la cocina, ¡sírvete, es toda para ti!





Unas postas por la noche acompañadas de arroz, verduras y patatas...¿quién quiere entrantes?, un arroz con bogavante en el Costa Nova y con vistas al mar mientras nos hidratamos con vino verde.





Un bacalao a la brasa, migado o de cualquier manera está bueno, ese plato típico portugués, ¡qué tendrá!





Y para rematar el viaje, una ensaladita el domingo tumbado en una tumbona y viendo el mar.

¿Quién quiere volver a trabajar con esto? ¡Ni palabras me salen para esta entrada!





Espero que repitamos pronto.

Dejando de lado la maravillosa obra de Frank Gery, me centraré en explicar un poco el exterior del Bistró del Guggenheim. Por fuera, si lo podemos denominar asi, mucha madera que sinceramente no me gustó, es excesiva e innecesaria desde mi escaso punto de vista en decoración.




Pero como todo, lo bueno está en el interior. Aparte de la variedad de gente de estos llamados "intelectuales" un poco en decadencia, destacan unas grandes pinturas coloridas y sobre todo la luminosidad del lugar. Sillas de una forma rara pero cómodas y mesas sencillas y serviciales.




Quedé con mi amiga de la Universidad, Jara. Se tomó arroz cremoso de marisco con mejillón de roca y espuma de all i oli. No me pude resistir a quitarle un mejillón de la ría.




Huevos de caserío asados a baja temperatura y jugo de pimiento de morrón. Cuando salían de mi boca estas palabras hacia el camarero pensé, ¡qué pijada me acabo de pedir! Nada de pijadas, una nueva sensación. Alucinante probar el huevo cocinado de esta forma y la salsa, a pesar de que pensé que no sabría a lo que decía, era como si te comieses un auténtico pimiento de morrón.




Nunca menciono lo que bebo en los sitios porque casi siempre es agua, y aparte mi conocimiento en vinos se reduce a "me gusta" o "no me gusta". Esta vez es de reseña y capítulo aparte. Un Rioja joven llamado Palaciego, el cual no conocía pero que me ha gustado tanto que no he podido resistirme a la tentación de mirar el precio por botella.
Una caja de 12 botellas por 40€, haced como que no os he dicho nada.




Ella se pidió de segundo una pieza de cerdo asada, acompañada de crema de avellana y ensalada de berros. Muy crujiente.




En mi caso, cordero asado deshuesado con puré de calabaza y trazo de café. A pesar del aspecto (tan oscuro) el cordero estaba bueno, y era una buena pieza. Los platos muy manipulados (deshuesados en este caso) pierden la gracia, aunque este mantenía casi toda su integridad física.
Le pregunté a Jara lo del trazo de café...ella, que trabaja en el departamento de I + D del Mugaritz (3º restaurante mejor del mundo), lo debería saber, ¿no?. Resumámoslo como que es para aromatizar el trozo de carne que te llevas a la boca...algo complejo, mejor que lo explique ella.

Es bueno ir a tu tierra siempre que se pueda, y más si cabe con el calor que estamos sufriendo. Entre piscina, fiestas y comidas familiares transcurre el fin de semana, todo un privilegio.





Y claro, entre baño y baño o entre barbacoa y tapeo, una noche fuimos Blanca, Manuel y yo a cenar a BoccaDiBacco, un italiano muy bueno en Zamora, que entre otras cosas cuenta con uno de los premios a la mejor tapa del Concurso de Tapas de Zamora.





Por dentro una decoración cálida con mobiliario blanco y lámparas que emulan a componentes marinos. Toma ya lo que me acabo de marcar, ¡componentes marinos!, es lunes...





Como entrantes nos pedimos unas patatas con queso y beicon. Algo sencillo que si lo hacen bien, es de 10. He de decir que los cocineros tienen muy buena mano con el queso.





Para continuar, unos escalopines acompańados de rúcula y canónigos y unas minipatatas como las del otro plato. Estaba bueno, pero sin más, desde mi punto de vista la carne no estaba muy allá.





Manolo había dicho que lo mejor que ponen alli es el risotto y razón no le falta. ¡Risotto de segundo para todos! Acompañado de unos exquisitos boletus, y un parmesano por encima...que os voy a contar, muy fácil lo tienen para que le guste a todo el mundo.





Después de ventilarnos un par de botellas de Lambrusco, nos tomamos una mousse de chocolate para compartir.

La atención correcta, y de precio entorno a 20€, está bien para todo lo que comimos.

Situado en C/Aire 5, Zamora

Consejo nutricional: El queso junto con el pan son los malvados de todas las dietas. Hay que tener en cuenta que junto con el huevo, son los alimentos que proporcionan un gran aporte de proteinas animales, eso si, todo en su justa medida asi que, mesura amigos, ¡mesura!

Este restaurante, con nombre de molusco bivalvo de carácter gallego, guarda algo más allá del "te sientas, te sirvo y te vas", algo sorprendente y arriesgado para los tiempos que corren. Como dice el refrán, quien no arriesga no gana.




La semana pasada, movidos por la constancia de Miguel, los amigos nos acercamos hasta Zamburiña a comer nada más acabar de currar. Por fuera una terraza improvisada con unas sillas vintage que piensas que están sacadas de un basurero y realmente valen más que la reforma del restaurante, estoy seguro.




Nada más entrar me recordó en cierta manera a Magasand (por la filosofía de take away), hasta que te metes de lleno y esa idea desaparece, estéticamente hablando. Decorado y vestido por el artista Luis Galluissi, el Ferrán Adriá del interiorismo, se nota la mezcla de texturas, materiales y demás, algo diferente e innovador, pero sobre todo funcional.

¿Y por qué algo más que un restaurante? Porque (atentas chicas) organizan cenas de féminas en las que viene un maquillador y hablais de potingues, rímeles y demás artillería pesada, muy entretenido. Para el resto, se van a organizar cursos de cocina en un futuro no muy lejano. Eso si que me interesa, a ver si paso ya de saber hacer ensaladas...




Dejando un poco de lado los eventos que alli se cuecen, comentar que cuenta con un menú por 9.90€ que consta de 5 primeros, 5 segundos y postre a elegir. ¡Bienvenidos a la comida rápida natural!

Aqui el menda se pidió una ensalada de salmón con queso. El aliño también llevaba ahumados por lo que resultó algo diferente del tradicional "sal/aceite/vinagre".




De segundo carne estofada con arroz y plátano, otra manera de comer carne. Bien preparada aunque para sacier mi estómago se me quedó escaso, pero qué vamos a pedir por ese precio, ¡demasiado bien está!

Con este calorcito que está cayendo en España lo normal es estar pegado a una botella de agua, de zumo o cualquier otra bebida no alcohólica que sacie la sed. Muchos toman esta opción porque la elección de helados y demás componentes de alto voltaje (según ellos) les puede hacer resurgir ese escondido michelin. ¡Qué no por Dios!, quitemos esa idea de la cabeza ya que los helados tienen muchos beneficios.




Entre sus beneficios podemos encontrar que fortalece la masa ósea debido al calcio, y sí, aparte de calcio, también contiene vitaminas del grupo B, proteinas y algún mineral más como sodio, magnesio y potasio, necesarios en nuestra salud, en su justa medida claro está.

Para muchos escépticos con los lácteos, los helados contienen proteinas y grasas lacteas necesarias, repito necesaria y muy beneficiosas para nuestro organismo, sé que los "antileche" se me echarán al cuello y dirán que somos los únicos mamíferos que después de la lactancia seguimos consumiéndola, pero es que yo tomo 3 colacaos diarios y así de sano estoy.

Si he hablado de la masa ósea, no puedo dejar de lado la tensión arterial, ya que los helados ayudan a controlarla, también ayudan a perder peso y aunque no os lo creais, son buenos para la garganta. 




Y todos estos beneficios se los saben muy bien en la nueva heladería que ha llegado a la ciudad, Amorino, en pleno Fuencarral.
Lo que más me gusta es que son helados artesanales, los cuales tienen menos grasas y bajo su lema "Helados sin colorantes, huevos bio, leche fresca y frutas seleccionadas", presentan una amplia gana de helados de diferentes chocolates, e incluso helados con frutos secos, ya sean avellanas, pistachos...¡sí a los frutos secos!

Como todo en esta vida, hay que ser moderado y evitar los atracones. Aprovecho para decir que en Amorino también tienen sorbetes, y a la vuelta de las vacaciones empezarán a tener desayunos. Asi que con este calor, ¡dale a los helados!

Este fin de semana había que escapar de la capital, realmente he escapado todos los fines de semana, pero este en concreto, debido a las desorbitadas temperaturas, era necesario salir pitando de aqui.

Coger la mochila y nada más acabar de trabajar, ir al tren, hacer un cambio de ropa y llegar a Santander directo a la playa sin pasar por casa. Consecuencia número uno, que te toca bañarte en calzoncilos, pero no hay problema, ¡estamos en familia!




Típico es ir a las playas del Sardinero (que son las más cercanas a casa) a disfrutar de las gélidas aguas, dormir la siesta y dar unos buenos paseos.




Típico también es desayunar sobaos Macho después de una larga noche entre Cañadío y el BNS. Los sobaos Macho, consistentes, cantabrones, con carácter, tanto que si los metes en el colacao/café te quedas sin él.




De vuelta a la realidad, parada en Hostal Landa, un lugar con encanto y más cuando es de noche. Situado en Burgos, esta parada (técnica) tenía un sentido gastronómico.

Comiendo se entiende la gente





Merienda familiar

Por fuera un cartel donde se menciona las funciones de lo que fue La Austriaca, hoy en día un lugar diferente de menú del día.




Entrar en La Austriaca y ver una decoración sencilla, funcional y luminosa. Alli Mari y familia te dan la bienvenida a su casa.




Ya os decía yo, que es poner un pie alli y algo cae para ir abriendo boca. Unos boquerones fritos.




Igual la foto no es bonita, y la presentación del plato, con el largo recorrido que tiene que hacer desde la cocina hasta la barra, tampoco lo sea, pero el sabor de estas alubias es impresionantemente casero.

Con nombre de cereal, Trigo es uno de los mejores restaurantes de Valladolid para muchos. Recomendado por una íntima amiga-hermana de mi madre, fui a este restaurante donde nada más llegar te sientes como dentro de una sauna, y no precisamente por el calor, sino por la madera que en su entrada hay.