Me encuentro escribiendo en una terraza, bajo un sol aterrador (sí, a pesar de haber bajado un pelín las temperaturas, sigue haciendo mucho calor) y tomándome un café con kilos de hielo. Pronto vacaciones, muy pronto.
Ahora bien, todo lo malo se me pasa cuando recuerdo Rubaiyat. La semana pasada nos pegamos un homenaje de campeonato. Es verdad que estuve allí hace un año y medio, pero es bueno refrescar memoria y paladar. Una vez más no defraudó. Lo mejor de todo (aparte de la magnífica carne) comer con la compañía de Belarmino, el dueño (y dueño de los 10 más que tienen por el mundo) y que te cuente sus experiencias, cómo empezó todo, hablarte de su padre, y que te diga una frase lapidaria como "la gente es de donde los perros estén" y no le falta razón.
La comida empezó con un plato de aperitivos, dado de atún, una patata con torta del Casar o una chips con ventresca, algo fresco y apetecible para ir haciendo hambre. Continuamos con un canelón de marisco, una merluza con verduras y el plato fuerte, ¡la carne! Ellos lo hacen a la brasa, y es necesario comérsela al minuto. Probamos el entrecot y la picaña, y de puestos a quedarme con algo me quedo con los 2, pero quizás la picaña me conquistó mucho más. Variedad de postres, pero la bola de helado con frutos rojos era un buen broche final de la comida que tomamos.
La terraza es de lo más apetecible, ya no sólo para comer sino para tomar un refrigerio en esta época del año. Si tienes ganas de probarlo y no estás en Madrid, tranquilo, Brasil, Chile, México...tienes donde elegir.
Ahora bien, todo lo malo se me pasa cuando recuerdo Rubaiyat. La semana pasada nos pegamos un homenaje de campeonato. Es verdad que estuve allí hace un año y medio, pero es bueno refrescar memoria y paladar. Una vez más no defraudó. Lo mejor de todo (aparte de la magnífica carne) comer con la compañía de Belarmino, el dueño (y dueño de los 10 más que tienen por el mundo) y que te cuente sus experiencias, cómo empezó todo, hablarte de su padre, y que te diga una frase lapidaria como "la gente es de donde los perros estén" y no le falta razón.
La comida empezó con un plato de aperitivos, dado de atún, una patata con torta del Casar o una chips con ventresca, algo fresco y apetecible para ir haciendo hambre. Continuamos con un canelón de marisco, una merluza con verduras y el plato fuerte, ¡la carne! Ellos lo hacen a la brasa, y es necesario comérsela al minuto. Probamos el entrecot y la picaña, y de puestos a quedarme con algo me quedo con los 2, pero quizás la picaña me conquistó mucho más. Variedad de postres, pero la bola de helado con frutos rojos era un buen broche final de la comida que tomamos.
La terraza es de lo más apetecible, ya no sólo para comer sino para tomar un refrigerio en esta época del año. Si tienes ganas de probarlo y no estás en Madrid, tranquilo, Brasil, Chile, México...tienes donde elegir.
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