Si hay un asiático al que apetezca ir ahora mismo, ese es Duck & Sushi, y no sólo porque esté decorado por mis amigos de Madrid in Love, sino porque lo que sirven allí no se queda en los ingredientes y preparados del lejano Oriente, mezcla y fusiona llegan a crear platos sorprendentes, donde los ingredientes explotan en tu boca.








Por ejemplo el puzzle de pato fue uno de los platos que más me gustó porque lo saben preparar muy bien y la presentación es diferente. El sushi mar y montaña, con ternera, o incluso los tacos hechos a la japonesa, y concretamente de un pescado que me gusta mucho que es el pez limón.
Corea, Japón, Vietnam...todos los paises son necesarios para hacer lo que es Duck & Sushi. 

Hace año y medio que fuimos a Hacienda Zorita, la mamá o el centro neurálgico de Warehouse. Nos lo pasamos en grande, disfrutamos un montón y movimos las mandíbulas la mar de bien. Allí todo lo que cocinan, lo cogen de su propia huerta, lo crian ellos, lo cuidan, incluso el vino lo producen ellos mismo.

Pues a llegado a Madrid Warehouse, un cachito de allí pero en la gran ciudad, en un enclave mejor imposible y con una terraza que espero se pueda disfrutar todo el año porque no es un lugar con 4 sillas, sino que es algo más.




Respecto a la comida, degustamos quesos (su queso que es una especie de torta del casar me vuelve loco), probamos jamón ibérico, verduras de temporada y una carne hecha en el momento que era de llorar, una pedazo de pieza de no sé cuantos kilos.
Comer allí es como visitar una masía en el campo donde todo lo que se produce se come, una casa antigua de las de antes que sólo necesita una abuela con mandil, manchada de harina y feliz mientras ve como todo el mundo disfruta recordando esos sabores de toda la vida. 

Ya estamos con la vuelta al cole. Que duro es volver a la realidad...hace una semana estaba en California y parece que fue hace 2 años y medio, aún así, Madrid en septiembre apetece mucho. Hay terrazas como en pleno verano pero con temperatura más ligera, los días son largos, la gente está todo el día en la calle, septiembre viene a ser un mes de adaptación, así de claro, y yo pienso estar hasta el 30 adaptándome.

Uno de los últimos restaurantes que probé antes de huir de la gran ciudad, fue el clásico Maruzzella al cual le han dado un lavado de cara, con una terraza de lo más apetecible. Además como ya os he dicho, las terrazas en septiembre triunfan como Los Chichos.




Si puedes acércate a probar no sólo una jugosa pasta con langostinos o su conocida lasaña, sino la pizza hecha en horno de leña. La que nos pedimos me fascinó porque traía aceitunas negras que le dan ese toque reposado a la pizza contrastando con una especie de pepperoni picante. No descuidéis los postres porque hay alguno de volverte loco. Y si se tercia y cae un gin tonic, pues oye, ¡es viernes!