martes, 6 de septiembre de 2016

Warehouse, dar lo que se produce

Hace año y medio que fuimos a Hacienda Zorita, la mamá o el centro neurálgico de Warehouse. Nos lo pasamos en grande, disfrutamos un montón y movimos las mandíbulas la mar de bien. Allí todo lo que cocinan, lo cogen de su propia huerta, lo crian ellos, lo cuidan, incluso el vino lo producen ellos mismo.

Pues a llegado a Madrid Warehouse, un cachito de allí pero en la gran ciudad, en un enclave mejor imposible y con una terraza que espero se pueda disfrutar todo el año porque no es un lugar con 4 sillas, sino que es algo más.




Respecto a la comida, degustamos quesos (su queso que es una especie de torta del casar me vuelve loco), probamos jamón ibérico, verduras de temporada y una carne hecha en el momento que era de llorar, una pedazo de pieza de no sé cuantos kilos.
Comer allí es como visitar una masía en el campo donde todo lo que se produce se come, una casa antigua de las de antes que sólo necesita una abuela con mandil, manchada de harina y feliz mientras ve como todo el mundo disfruta recordando esos sabores de toda la vida. 

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