Para algunos ya llegó el otoño, pero aquí en Málaga sigue siendo verano. Viaje de trabajo sí, pero queda tiempo para meter los pies en el mar, pasear por la playa y visitar la Alcazaba.
Concretamente fui a Pedro Gutiérrez, más conocido como el chiringuito de los Gutiérrez. Un lugar con vistas al mar...¡un placer comer con el mar de fondo! Cuando iba para allí, me llamó la atención una especie de barca con arena y brasas por encima, ahí es donde se espetan las sardinas o cualquier otro tipo de pescado. Espetar quiere decir...digamos que hacer una brocheta de las mismas mientras se hacen a la brasa.
Por dentro nada que destacar, mucha mesa montada, mucha madera y unas buenas cristaleras desde las que se puede disfrutar el mar.
Me parece alucinante la cantidad de pescado fresco que tienen a la entrada del restaurante. Pescado de todas las clases que huele a pescado. Dorada, calamares, cigalas...es lo bueno que tienen las ciudades de costa.
Aquí está el famoso espeto de sardinas. Unas sardinas carnosas, con sal gorda y fritas por fuera, ¡un manjar!, ¡pero que voy a decir de este plato!
Para acompañar a esta delicia de plato, me pedí un tomate con sal y aceite de oliva típico de la zona. Después de los tomates que llevo tomando este septiembre, pensé que no habría nada mejor, y obviamente no hay nada mejor (jeje) pero estos estaban muy buenos y nada duros.
Me apetecía un poco de fritura y opte por unas puntillitas, allí conocidas como calamarcitos. Estaban buenos pero nada más que destacar.
La atención buena, y el precio en torno a 20€ con su tinto de verano incluido.
Situado en Paseo Marítimo Antonio Banderas 6, Málaga
Consejo nutricional: Los platos a la brasa o al horno tienen la ventaja de que conservan mejor los nutrientes ya que casi no se pierden en el cocinado debido a la costra que se forma a su alrededor.