Hoy abro un nuevo apartado, una nueva pestaña en el blog, "Productos gastronómicos", con el título poco más hace falta explicar. Tanto hablar de restaurantes, nutrición y profesionales de la alimentación, y ¡todavía no he hablado de los productos en sí!
Debido al calor, estreno esta "sección" con cerveza artesanal. Seamos claros, ¿la cerveza hidrata? La respuesta es sí, pero no nos pongamos a practicar deporte y bebamos antes, durante y después cerveza porque las consecuencias pueden ser muy negativas, graciosas, pero negativas.
Siempre salta la duda si la cerveza es "buena" tomarla de forma habitual. Como profesional de la alimentación tengo que reconocer que con moderación, la cerveza se puede tomar sin problema por la cantidad de beneficios que contiene. Buenos nutrientes, vitaminas del grupo B, fibra, agua y polifenoles que tienen relación en contra del cáncer...son algunas propiedades que contiene la cerveza. Eso sí, no nos olvidemos del alcohol (el alcohol deshidrata), de ahi que haya que tomarla con moderación y por lo que no es conveniente tomarla durante la actividad física.
La cerveza Saramagal Inmaculate, procede de Barro (Galicia). Es una cerveza ale rubia pálido, con un grado alcohólico de 4,5%. Fresca en comparación con el resto, quizás por la cáscara de naranja que también le aporta un sabor cítrico y afrutado. Suave y ligera al gusto y un aroma de moderado dulzor.
Burro de Sancho Roja, es una cerveza de Castilla la Mancha, más roja que la anterior y por lo tanto de sabor más fuerte. Compuesta 100% por malta de cebada. Es una cerveza muy aromática y más amarga con un grado del 5%. El color rojizo debido a ese puntito caramelizado que también influye en el aroma y en el sabor.
La última cerveza es la Caelia, procedente de Soria. De las 3 es la más fuerte y la más oscura, de ahi que sea brown ale inglesa y que su tueste y mezcla de 3 maltas diferentes le de ese característico color café. Contiene un grado alcohólico de 5%. Puede que sea la más amarga de sabor, con toques a café y un regusto a resina.
Todas estas cervezas se hacen en Microcervecerías, donde importa la procedencia y el buen hacer más que la marca en sí y eso es lo que pretende transmitir Club de la Cerveza. Con un proceso de elaboración más manual y siempre pendiente del producto final, porque no nos olvidemos, todas y cada una de ellas están hechas de forma artesanal, esa es la palabra, artesanal.
El dilema es... ¿qué tal estaban?.
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