Su madre, que en paz descanse, se debe revolver allí donde esté con la de platos que rompe a lo largo del día su hijo, pero su marido en la época fué un visionario y vió la rentabilidad de destrozar vajillas a precio de cochinillo, ¡no le salió mal la jugada!
Lo dicho, Segovia, Acueducto, un pequeño paseo por las distintas fachadas esgrafiadas de la parte antigua, cochinillo y vuelta. Vuelta a ser posible con parada en La Granja de San Ildefonso.
NUTRICIÓN
¿QUÉ? Pues oye, ya que estamos en Castilla, conveniente pedir unas sopas castellanas o más conocidas en mi tierra (Zamora) como sopas de ajo, un chute de energía con un ingrediente tan básico como el pan, ya sabéis que Castilla es muy austera. Por otro lado cochinillo, la corona de la casa. Un asado de carne blanca, rico, crujiente y nada pesado. Cualquier tipo de asado allí lo bordan, pero ir allí y no pedir cochinillo es como ir a París y no tomar un cruasán, perdón, croissant.
¿QUIÉN? Es genial si eres turista porque la localización y las vistas al acueducto son fantásticas. Perfecto para ir muchos, grupo de amigos o familia, allí entran todos. Para los amantes de los asados y cosas a la brasa aquí encontrarán un amplio surtido, y si eres de cuchara, los primeros y demás guisos serán tu mejor opción.
Situado en Pza Azoguejo 5, Segovia