¿Cuántos gallegos en la sala? Seguro que más de uno que ande leyendo esto sea gallego y esté esbozando una sonrisa al ver esas patatas de Bonilla a la Vista, buenos churros y mejores patatas, más si cabe tomarlas en la playa del señor que las vende, a grito de ¡¡¡parisién patatillas y barquillos!!!
Y esto no es sólo para gallegos, sino para los amantes de la comida gallega, ya sean empanadas de pulpo hechas allí, los típicos grelos, o ese queso de tetilla tan especial.




Pues bien, hace escasamente algo más de un año, 2 hermanas gallegas de Coruña, optaron por dejarse de tanto tupper y montar el chiringuito en Madrid para todos los que tienen tanta añoranza morriña de la comida del norte. Así surgió GaliciaKM0, en plena Plaza de Chueca puedes disfrutar de todos esos exquisitos productos con ese acento tan entrañable. Siempre Galiza Calidade.

Como muchos sabréis, estoy viviendo en Londres, no de vacaciones ni de paso, sino mudado a la ciudad del Támesis, de las falsas lluvias y del estilo british, "yes, I'm here".
Y bueno, para no perder la tradición de restaurantes, el domingo fui con unos amigos a hacer brunch en la zona de Chelsea, concretamente en un sitio llamado BlueBird, donde tienen una magnífica terraza, una perfecta tienda de productos y un restaurante impresionante.




Y allí que fuimos, al restaurante ya que en la terraza hacía frío y una cola muy larga de gente esperando. Un rollo industrial pero muy señorial, con grandes jarrones, muchas flores y mucho metal.




Un zumo de tomate nada más sentarme y a elegir la comida que a pesar de ser brunch, el café me apetece más después de comer.




Como entrantes pedimos burrata con tomate cherry y aromatizado un "pelín" con pesto, unas tostas de foie con caza, y unas tortas de arroz de maíz con vinagreta, muy oriental esto último.




Y servidor se pidió un risotto con el que se me fue la pinza por el sabor. Risotto con setas (en trozos grandes), y con un chorrito de aceite de trufa al cual me he aficionado últimamente mucho. Un plato de 10, no fui el único que se lo pidió.




La atención muy buena, y de precio en torno a 40 libras por persona (50€), la verdad que no es barato pero comimos mucho, muchos entrantes y platos muy elaborados.

Situado en King's Rd SW3 5UU, London

Consejo nutricional: La burrata es un queso muy suave hecho a base de mozarella y crema de queso fresco italiano. Es un queso mantecoso como su propia palabra dice en italiano, muy ligero y bajo en grasa asi que otra opción más para incluir en vuestra dieta.

Vamos a ver, que levante la mano quien no le guste la Nocilla, ¡ni yo la levanto! y soy el más forofo del tema salado, pero he de reconocer (sobre todo en el último año) que he pecado con este ungüento sobre alguna tostada recién hecha, y vosotros seguro que habéis arriesgado vuestras vidas chupando hasta la extenuación el cuchillo como si no hubiese mañana.




Pues bien, hace unos días nos congregaron a un grupo de blogueros en la pop up store Madrid In Love (me quedaría allí a vivir) para presentarnos los nuevos vasos de Nocilla que habían presentado los simpáticos Victorio y Lucchino. Unos vasos alegres, coloridos como todo lo que ellos hacen y por cierto, con un tamaño más que considerable. No temáis en tomar nocilla, pensad que de lo malo malo por lo menos aumentaréis vuestra vajilla.

No os voy a engañar, ya me habían hablado de este restaurante hace un tiempo e incluso iba a ir con mis padres por ahi por junio, pero entre pitos y flautas, que si verano, bla bla bla, al final se quedó todo en agua de borrajas.




Puerto Lagasca viene a ser el hermano mayor de Los Gallos, el cual está muy bien, pero le falta madurez, tiene que crecer y hacerse mayor como su hermano.





Por dentro, el restaurante una auténtica maravilla. Parece que te transportas a un restaurante del sur, un restaurante costero con el mar a escasos metros. Blanco, azul, azulejos y mucha vegetación. Sensación de tranquilidad y un sitio donde te encuentras muy cómodo.









Referente al tema comida, productos de primera calidad. Si algo me habían recomendado de este sitio son las buenas materias primas. Ceviche de corvina con guacamole fue el primer y el plato que más me gustó. Suave, sabroso, y el hambre que llevaba también hizo mucho.

Queso majorero que lo tomé hace años en Canarias (lugar de origen), unos calamares con pimientos de piquillo muy correctos, arroz meloso de carabineros con setas, mucho sabor y el arroz en su punto, atún rojo con verduras a la parrilla y por último carne de buey con rúcula y queso manchego, para mi gusto exceso de rúcula, tuvimos que buscar la carne...




Y como colofón surtido de postres a base de mousse de vainilla, tatín de manzana con helado de vainilla, mousse de queso, brownie, y cheesecake, destacar el brownie.

La atención muy correcta, incluso salió el cocinero a saludar, ¡digno de admirar! El precio en torno a 30/35€, pedimos todo para compartir, igual que la vez que fuimos a Los Gallos, creo que es lo mejor para probar de todo.

Situado en C/Lagasca 81, Madrid

Consejo nutricional: El queso majorero es una variedad del queso de cabra que se da en Canarias (de cabra en su mayoría). Puede ser una buena alternativa para los intolerantes a la lactosa ya que contiene mucha menos que el resto de quesos, al igual que el contenido graso que es mucho menor.

El pasado miércoles se presentó en el restaurante Larumbe (impresionante, no es por nada), la IV Edición de la campaña Restaurantes contra el Hambre, una iniciativa de Acción contra el Hambre y la Federación Española de Hostelería (FEHR) con el patrocinio de eltenedor.es y Makro y todo esto apadrinado por el carismático (y sé por qué lo digo, porque los tiene muy bien puestos como le dije hace tiempo), Mario Sandoval, un gran chef.

Ayer domingo se publicó un artículo en el Magazine del periódico nacional El Mundo firmado por Marta Fernández Guadaño en el que se analiza la cesta de la compra de los españoles, y aqui un servidor da su punto de vista como nutricionista, atentos a Guillermo V. Rodríguez, ¡espero que os guste!

Lo malo de las grandes ciudades es que lo tradicional se pierde, y sino, lo reinventan los modernos en formato "hipster" y te ponen los huevos de corral del pueblo a peso de trufa, vamos que no merece la pena.
Pero siempre hay sitios que perduran de por vida, y se mantienen año tras año contando con la clientela de toda la vida aparte de algún turista gastronómico que ven estos sitios con sorpresa.




Entrar en Vinos y transportarte a los años 70, a banquetas de madera y barriles de cerveza hechas mesas, cuadros taurinos, una hermosa barra y casi la flamenca encima del televisor. Pedir la sobrasada que Alfonso está haciendo, o mismamente unas anchoas con aceitunas, un poco de vermut con sifón mientras Araceli te da palique al otro lado de la barra y a disfrutar, ¡y en plena Glorieta de Bilbao!

Tú imagínate que unos días antes de irte a hacer un Máster a Boston, te llama tu padre y te dice que se acabó la buena vida, que no paga más carreras ni masters, que te toca empezar a trabajar y tomar las riendas de una bodega que en esos momentos estaba manga por hombro...lógicamente esta situación no nos pasa a todos, pero sí a mi amiga Carolina, que cambió la vida de "Peter Pan" en Madrid, por la de la gran responsabilidad de dirigir y llevar ella sola la bodega de Monte La Reina.




Tinto, rosado, blanco y los muy famosos ¡frizzantes!. Como buena anfitriona nos explicó el proceso de vendimia, que si recogida mecanizada, tolva, el típico sinfín, la famosa despalilladora y los tiempos y temperaturas de fermentado según variedad.

Ella, que es muy de anécdotas, nos explicó la fermentación alcohólica que a día de hoy me sigue haciendo mucha gracia, "el azúcar de la uva se convierte en alcohol por las levaduras, ese azúcar se come las levaduras y la caquita que hace es el alcohol, y los pedetes, es el carbónico, de ahí que haya un pestazo en época de vendimia en la bodega", seguro que así se os queda grabado, muy gracioso.




Muchas barricas, todas ellas de roble francés, o por lo menos en su mayoría, que no sabía yo que tenían una vida de 4 depósitos, no se si llamarlo así, es decir, se puede usar como depósito hasta 4 veces, sino pierde las cualidades.

Los tintos (y esto me interesaba a mi mucho) tienen una segunda fermentación, en este caso la maloláctica, en la que el láctico se convierte a málico y dada la clase de bioquímica, continuo.




Uvas que en esta época se analizan a diario para saber lo gordas y hermosas que están y cual es el momento perfecto de recogida. Aquí la anfitriona también nos enseñó el laboratorio, su despacho y lo mejor de todo, la sala de catas.




Pasamos a la cata, todo muy formal aunque estuviésemos entre amigos. Copa en mano fuimos catando desde el blanco hasta los tintos más viejos. Color, aroma, sabor en boca y la gran mentira de mover el vino hasta marearlo, ¡el vino se oxigena abriéndolo, no moviéndolo tanto!




Y entre vino y vino, un tentempié y anécdota de Carolina (otra más). "Antiguamente cuando se iba a vender un vino (malo) se acompañaba de queso ya que adormece la lengua y prácticamente no sabes distinguir si está bueno o malo..."de ahí el refrán "que no te la den con queso". Ella nos la dió con queso, jamón, lomo ibérico y tan encantados.




Y como último apunte comentar que el frizzante tinto es el primero que se hace aqui en España, sí, en Monte La Reina y de la mano de esta jovenzuela de 27 años.




Como vinimos nos fuimos, tras seguir tomando en la terraza un vino con vistas al Castillo, que por cierto tenemos pendiente. Me han dicho de buena fuente que se come muy bien, apuntado en la libreta queda.
Nos vemos pronto, ¡gracias!