viernes, 21 de noviembre de 2014

Qué no hacer en casa para mantener el tipín

1.     Ver la tv mientras comes. A todos nos encanta que nos den conversación mientras movemos las mandíbulas, pero el hecho de estar entretenidos hará que engullamos mucho más y tengamos que aflojarnos no solo el cinturón sino desabrocharnos el botón del pantalón.

2.     Comer en plato grande. Tan simple como poner la comida en algo más pequeño hará que nos creamos que comemos mayor cantidad, ¡sí, hay que engañar al ojo de vez en cuando!

3.     Picar mientras cocinamos. Que bien es eso de hacer un salteado de verduras con gambas mientras te sacas la tabla y te pones a cortar chorizo, ¿verdad?. No hay mayor peligro que creer que hemos cenado sólo verduritas.

4.     Probar, no comer. “Voy a ver como está la carne guisada que estoy haciendo. A ver si ahora está más hecho. Creo que falta ligar un poco la salsa…”¡y así hasta acabar con el plato! Una cosa es probar el alimento para saber su punto de cocción o si está soso o salado y otra diferente comer, comer y comer.

5.     No beber (alcohol) en la cocina. Si no hay que picar, menos todavía bebernos litro y litros de alcohol mientras se hace la cena. Un vaso de cerveza o una copa de vino…bueno, pero mejor que sea acompañado de la cena y cuando estemos sentados, porque nuestra ingesta depende del tiempo de cocinado del plato, ¡por dios nunca hagas un asado o acabarás borracho!

6.     Asaltar la nevera. La abro, no veo nada y la cierro. 5 minutos después la misma operación…al final acabarás picando las sobras del día anterior o ese trozo de queso solitario…¿por qué no pruebas a asaltar la fruta?

7.     No eres un basurero. Es verdad que da mucha pereza que sobre comida, díselo a tu madre sino, pero es verdad que lo que ingieras, después lo vas a tener que quemar, así que ponlo en un plato más pequeño y ya tienes la comida de mañana, ¡o el aperitivo!

8.     Ser un molinillo. Has cenado y ¡has cenado!, cerramos el chiringuito. No vale cenar, comerse después un poco de chocolate, después unas palomitas, más tarde un yogur…¿cuándo paras?

9.     Comer en horizontal. Son las 10 de la noche, la cena está lista y hay una cosa muy mullida llamado sofá que te quiere atrapar. Espérate a cenar y después te tumbas, pero lo de comer en horizontal no es bueno, ¡que se te sube la ensalada a la cabeza!

10. Coloca la compra con el estómago lleno. “Unas aceitunas, el pollo al frigorífico, los plátanos al frutero…¡voy a abrir las aceitunas!, no vaya a ser que haga mucho esfuerzo en colocarlo todo”. Error, hay que esperarse a la cena.




11. Llevarte la fuente a la mesa. Si has hecho mucha comida, sírvete un plato (de esos pequeños que decía antes) y deja la fuente en la cocina, que sino no sabes donde podrás parar, no sabrás decir basta y querrás que te la quiten de allí, ¡llevársela!

12. Cenar como un rey. Todos nos sabemos ese refrán de “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”, así que a última hora del día no te adjudiques títulos nobiliarios porque vas a estar 8 horas en reposo gastando la mínima energía.

13. ¡El aliño no cuenta! Cuantas veces he escuchado eso de “una ensalada rica rica con tomate y queso de Burgos”, hasta ahí nada raro, pero cuando te dicen que la han aliñado con salsa César, el marcador de calorías empieza a crecer en mis ojos. Con este tipo de salsas calóricas aumentarás las calorías de un plato que en principio es ligero. Cásate con el aceite y el vinagre, ¡ah y rompe ese matrimonio con las especias!

14. Empalmar comidas. Seguro que nos ha pasado algún sábado. Te levantas tarde, desayunas, le dedicas media hora, a los 20 minutos te pones con el aperitivo, que si unas aceitunitas y patatas, y cuando te quieres dar cuenta has empalmado con la comida y te encuentras sentado delante del mantel. Tienes que ponerle freno a las mandíbulas.

15. ¡Oh no, caduca! Tienes unas pechugas de pollo que van a caducar, la dorada al horno de hace 2 días, y además tu madre te dio el fin de semana pasado croquetas, que las haces o las tienes que tirar. ¿Y si congelamos? La comida no se tira, pero tampoco hace falta “tirársela” en el estómago porque vaya a caducar. Hay soluciones para todo.

3 comentarios:

  1. Bueno me meo... "Cásate con el aceite y el vinagre, ¡ah y rompe ese matrimonio con las especias!" Apunto esta frase para soltarla de vez en cuando. En casa lo sigo todo, pero ¡Ay amigo los fines de semana! Los findes de es salir por la puerta y lo olvido todo XD #pecarenfindeesbien

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  2. jajajaja lo de abrir la nevera cada vez que te aburres es de lo peor que se puede hacer.

    Estaba buscando otra clase de info (trabajo en servicio técnico de electrodomésticos) pero no he podido resistir pararme a leer la entrada.

    Gracais!!

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