Cuando hace unas semanas me llegó a casa una cesta con productos de alta gama, no entendía muy bien el concepto. No había sido mi cumpleaños, ni tenía cuentas pendientes con nadie que hubiésen sido canjeadas por especias.
Todo fue tomando forma cuando Marina Coll se puso en contacto conmigo y me empezó a explicar de qué iba eso que tanto misterio guardaba.




Ni más ni menos que Gastrolopia, una experiencia gastronómica de alta calidad se podría denominar. Ellos mismos organizan cursos, presentaciones de productos, catas, y cualquier ruta gastronómica, es decir, disfrutar mientras movemos el paladar.
Empresas como Ahumados Carpier, Quesos Montelarreina o Vino Viña Herminia se han sumado a estas jugosas iniciativas que organiza Gastrolopia.

Un lugar reciclado y remozado desde las paredes de ladrillo pintadas de blanco hasta el tenedor, pasando por esos muebles de casas rústicas y curiosas macetas albergando alguna que otra planta.
Manteles de papel, y servilletas del mismo "textil", cajas de madera y decoración a base de botes y botellas de antaño, ¿descuidado? ¡no! todo está pensado al milímetro, seguro.




Ese día iba con antojo de 2 cosas, salmón y aguacate, y ¡oh Dios!, casualmente tenían un plato con estos 2 alimentos...el aguacate es un alimento que espero consumir bastante este verano en formato de ensaladas o como se tercie así que si queréis aportar ideas, bienvenidas serán.
Para picar también nos pedimos unas tortas con pollo picante y unos nachos con guacamole, algo socorrido.




En mi caso opté por una hamburguesa de pollo, que sino me equivoco, está mal llamada hamburguesa ya que este nombre sólo lo puede llevar  cuando va con carne picada (ya sea de ternera o de otro animal, carne roja), pero dejando de lado a la RAE, este plato estaba muy bueno, ¡bien por la rúcula!

Atención buena, una amplia carta y de precio en torno a 18€ por persona.

Situado en C/ Corredera Baja de San Pablo 12, Madrid

Consejo nutricional: El aguacate, fruta "salada", se le conoce como el tocino de la huerta por su alto contenido calórico, pero por lo menos son de las grasas "buenas". También aporta potasio y vitamina A, así que otra forma de introducir grasas en nuestro organismo, y de una forma saludable.

Otro viernes más vuelven las #gastrorecomendaciones pero esta vez no vienen emplatadas ni en formato de tetrabrik, hoy las presento en diseño 2.0.
Navegando por la red, me topé con FridayProyect (aparte va al pelo el nombre a los viernes), una web de 2 italianos, Valentina Raffaelli y Luca Boscardin.




Estos 2 diseñadores gráficos asentados en Amsterdam, hacen cosas tan curiosas como esta despensa para la casa inspirada en la pirámide nutricional. Me parece una genial idea, una forma de educación nutricional tan sencilla y tan cotidiana como puede ser una despensa en la que guardar los alimentos de forma lógica, algo que a la larga quedará grabado en nuestra cabeza y terminará siendo algo innato.

Os invito a que echéis un vistazo a FridayProyect, ya sabéis que yo veo siempre la parte nutricional a todo, pero merece mucho la pena el diseño que estos ragazzos muestran en su web.

Seguro que más de una vez os habéis puesto a dieta, ¡mal hecho! y digo eso porque si una dieta, ¡una!, es buena, tiene que perdurar en el tiempo, por lo que no es conveniente hacer más de una a lo largo de tu vida (hay casos y casos). No es conveniente porque significa que la anterior "dieta" ha fracasado y tu con ella, lo que conlleva un aumento de frustración y de desconfianza hacia quien te la haya hecho.



Nunca me he puesto a dieta a lo largo de mi vida, dieta como se entiende en el lenguaje callejero, aunque sí es verdad que he tenido alguna temporada en la que me he tenido que controlar un poco, pero nada del otro mundo. Ahora bien, muchas veces me he hecho la siguiente pregunta, ¿cómo me gustaría que me tratasen si quisiese hacer una dieta de pérdida de peso?

1- Me horrorizaría que me diesen un papel con un horario de lunes a domingo donde me dijesen lo que tengo que comer.
2- Sentiría abandono, si el nutricionista que me está llevando la dieta tuviera una desconexión conmigo entre el final de la consulta, hasta la siguiente visita a los 7 días.
3- ¿Qué hago al llegar a casa? Muy bien que me den un listado de alimentos y formas de cocinar, pero ese momento delante de la sartén...¡me sentiría indefenso!
4- ¡Haz deporte! Creo que son pocos los que lo recomiendan, pero los que lo hacen, si fuese paciente me daría la sensación de que se lava las manos, y ahí te las ingenies tú solo...
5- ¿A quién recurro yo cuando estoy mal? Cuando no paro de mover la pierna en el sofá porque me comería la nevera entera o porque durante un minuto, 60 segundos pienso en comida...¿quién me consuela?

Estas son algunas preguntas que se me vienen a la cabeza, o la pregunta que formulé al principio pero en negativa, ¿cómo NO me gustaría que me tratasen si quisiese hacer una dieta de pérdida de peso? Habrá muchas más, claro está, y a cada persona le surgirán algunas diferentes, pero creo que estos 5 puntos generales le saltan a más de uno.

Y retomando el título, ¡la tentación!, ese pecado, ese punto final a una dieta, ese paso antes de caer al vacío...cuando me preguntan cosas como "es que no puedo resistirme, me comería un trozo de chocolate pero me tengo que contener", "salí a comer por ahí y me pedí una ensalada, me tuve que agarrar por no comerme un camión"...Esa "retención" por no satisfacer un deseo puede acabar en catástrofe, por lo que si quieres un trozo, ¡un trozo! de chocolate, cómetelo sin problema, no vaya a ser que te resistas y te comes 3 tabletas de chocolate.

En la comida, como en muchos aspectos de la vida, hay que tener libertad y un pequeño margen, es mejor satisfacer esos pequeños deseos que contenerlos y ser peor a la larga, así que cae en la tentación y ya te librarán del mal, amén.

Hace unos meses estuve en Palma de Mallorca, concretamente a principios de otoño, disfrutando de los últimos rayos de sol y renegando de ponerme calcetines.
La Payesita es (según los entendidos) donde ponen los mejores arroces de la zona a pie de playa. Por dentro el restaurante es algo cutre, con esos cuadros añejos de paisajes de la época y madera (nada noble) con un barnizado que daña tanto la vista como el naranja de la piel de Valentino.




Mientras dejaba la vista perdida en el mar y me impregnaba de su olor, me trajeron unas tostadas con aceite y all i oli alioli, el cual se lo puse después al arroz, ¡un poco, sí! al estilo abanda. Ese placer de mirar al mar y comer...ponte en situación ¡hombre!, aunque estéis enfrente de una pantalla y con el aire acondicionado a tope, ¡mar, piensa en el mar!




Presentanción del arroz. Aunque suene mal, una de las partes que más me gustan es el socarrat, es decir, la parte más "quemada" del arroz. Es una zona no muy recomendada porque es menos saludable, más seca y más dura, pero para gustos los colores.




Jugoso, muy sabroso por el caldo del pescado y algo negativo que tenía exceso de ingredientes, poco arroz, aún así estaba muy bueno. Atención normalita por no decir floja y de precio 20€.

Situado en Carrer de Nanses 0, Palma de Mallorca

Consejo nutricional: Los arroces en verano son platos socorridos, que te los puedes comer de un día (o de 2) para otro y que aportan todo tipo de alimentos necesarios, ¡ah! y se suma a esa filosofía que digo yo que es mejor un plato que dos.

Debido a las fechas que estamos y al buen tiempo que tenemos, las terrazas se han convertido en nuestra segunda casa donde el placer, acompañado de una rubia (de cerveza, y de carne y hueso también) sube como la bolsa en los años 90.
Pero no hablo de las terrazas al uso montadas con 4 mesas y alguna que otra silla a pie de calle, sino las terrazas de hoteles, a las azoteas con vistas, a los patios interiores...




El miércoles me invitaron a la inauguración del Jardín del Hotel Orfila. Un espacio en un patio interior, alejado del calor y del ruido del centro de Madrid, repleto de vegetación y con aires de palacete del SXIX que aún se conservan. Conos de steak tartar o rape con cítricos fueron algunos platos que pudimos degustar, servidos con buen champán para paliar la sed de las 9 de la noche, ¡benditas terrazas!

La semana pasada quedé a comer con mi amiga Jone (canaria la mar de divertida y buena persona). Ella elegía el sitio, así que quedamos en la puerta de la Biblioteca Nacional (es lo que tiene andar de exámenes) y nos fuimos a Tengo, un restaurante que han abierto hace apenas 15 días.



¿Y este nombre? Es lo primero que me pregunté...no viene a ser otra cosa que el principio de toda frase para un camarero, "Tengo de primero..." así surgió el nombre, algo curioso. Y más curioso el lugar donde está ubicado, una antigua floristería de la que guardan el ambiente y la decoración, aparte del cartel. Mesas amplias y sillas de colegio de diferentes colores se mezclan con las pinturas a rotulador de las paredes y con una iluminación gracias a los 2 ventanales enormes.



Me gustaría empezar hablando del pan. Madre Hizo Pan es una empresa que conserva la tradición a la hora de hacer el pan de toda la vida, a día de hoy cuentan con 2 tiendas físicas y surten a un gran número de restaurantes en Madrid, muy recomendable probarlo.
Y lógicamente el pan siempre hay que acompañarlo de algo (o viceversa). Tomamos unas patatas bravas con una exquisita salsa, una ensaladilla rusa con huevas de lo más ligera, hamburguesa de buey y picapollo (alitas) todo para compartir.


De postre una especie de chocolate arenoso con vainilla y bolas de chocolate dentro. Era una sensación seca que contrastaba con el interior. Postre que Álex (el chef) nos preparó especialemente para nosotros y ¡triunfó!

Atención muy buena y muy atenta, de estos sitios que están pendientes de ti pero no te atosigan, pues eso. Y precio en torno a 22€ por persona, agradecer la invitación a Jone que fue la que pagó.

Situado en C/Juan Bravo 41, Madrid

Consejo nutricional: Tanto que la gente demoniza el pan (y más a la hora de hacer dieta de pérdida de peso). El pan es un alimento que engorda, sí, bueno realmente engordamos nosotros y no él, pero igual lo que más te engorda es el mojar el pan en distintos platos, así que ¡no le echéis tanto la culpa al pan y dadle un respiro!