Con motivo de la Semana de la Moda de Valencia, mis amigos y el aqui presente al aparato, fuimos ayer hasta la capital del Turia por una buena causa. Nuestro buen amigo Miguel Vizcaíno, debutaba como diseñador con tan solo 25 años, asi que qué mejor razón para asistir junto a toda su familia y darle nuestro apoyo. Me quedé con las ganas de llevar la típica pancarta de "ánimo torero".
El desfile tuvo lugar en un espacio de lo más alucinante. Ágora, obra de Calatrava y uno más de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (¡que se note que soy Calatrava coño!) cuenta con una luz natural que para mi lo es todo, y hasta aqui puedo leer, porque aunque ayer me dijeron que una persona puede opinar de todo sin tener ni idea de nada, en mi caso, "en boca cerrada no entran moscas".
Pero yo aqui no vengo a hablar ni de moda, ni de arquitectura, aqui se habla de comida, de gastronomía, ¿igual tampoco tengo mucha idea de esto? Seguro, pero este es mi terreno.
Por la mañana me acerqué hasta el majestuoso Mercado Central de Valencia. Los españoles somos unos auténticos privilegiados con estas joyas que hay en las ciudades, por ejemplo en Zamora tenemos el Mercado de Abastos, toda una maravilla para la vista.
La cúpula central que preside el mercado es asombrosa, la fuerza que tiene y la luz que entra...me quedé boquiabierto. Pero una vez que bajas a la Tierra, descubres multitud de puestos, de diferentes categorias donde lo que prima es la palabra fresco, vuelvo a repetir, ¡somos unos privilegiados!
Esta última foto me gusta mucho, refleja la fuerza, el colorido y el buen producto que hay en España. Lechugas con tierra, ¡que se note que vienen del campo!
Soy una persona muy patatera, pero sólo patatas al peso, patatas de las buenas vamos. Me llevé una buena bolsa que nos vino muy bien para el viaje de vuelta. Aqui no voy a dar ningún consejo nutricional, ejem.
Como cualquier desfile que se precie, después pasamos al KissingRoom (habitación de besos, saludos y demás, para que veas que lo digo en español mamá, como debe ser).
Unos cócteles de Absolut vodka de lo más sabrosos, ¡entraban solos! A base de zumo de fresas y lógicamente vodka.
Y sí, agua de Valencia para celebrarlo.
Sé que he hablado poco de Comiendo Se Entiende La Gente, de comida, de lo bueno, pero en 24 horas poco se puede hacer, al mediodía nos dió tiempo sólo a comernos un bocadillo de jamón ibérico en la cafetería (eso sí, estaba cojonudo). Espero que la próxima vez que vuelva a Valencia pueda disfrutar de un buen restaurante, aún así la experiencia ha sido inolvidable. ¡Enhorabuena Miguelón!
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