¡Welcome to Fabulous Las Vegas!, como reza el cartel, bienvenidos a la ciudad del "sexo, drogas y rock'n'roll", bueno, cambiamos el rock'n'roll por el juego, aunque sí es verdad que vimos más de un Elvis caminando por alli.
Creo que esta foto lo resume todo para mi. Tres huevos con tostadas y un café, vale que destaque la dichosa maquinita, pero esto es un blog de gastronomía, asi que me pondré serio y obviaré los detalles.
Venga no, voy a hablar de lo que hay que hablar en Las Vegas, y es que el nivel de ludopatía que puede llegar a tener alli la gente es impresionante, el estar a las 3 de la tarde, a las 8 de la mañana o a las 10 de la noche jugando, es una cosa soprendente, por no hablar de la cadeníta que le salía a más de uno del pantalón y que iba directa a la máquina unida a una tarjeta...
Visitar los diferentes casinos es la única atracción que se puede tener, si no te gusta el juego, y como es nuestro caso, la cosa estuvo repartida entre diferentes casinos. Es impresionante la recepción del Bellagio, son alucinantes los casinos de cada uno de los hoteles y más si cabe las tiendas que albergan en el interor.
De las 24 horas que pasé en Las Vegas, sólo recuerdo desayunar. Se pierde la noción del tiempo, porque te hacen la noche, el día y la ola si hace falta. Todo alli es una gran mentira, un gran decorado en el que todos participamos encantados, y ¡qué sería de Las Vegas sin eso!
Me resulta complicado definir Las Vegas sólo con un adjetivo más allá del exceso...es para ir y verlo por ti mismo, que no te lo cuenten.
¡Ay la virgen, si yo venía aqui a hablar de gastronomía!, bueno como os he dicho...sólo recuerdo desayunar.