Si me tengo que decantar por un bar de pinchos, perdón, pintxos que estamos en Bilbao, ese es El Globo (uno entre muchos, claro está), simplemente porque ponen el mejor foie del mundo, y sí señores, me mojo y me sumerjo, el mejor foie del mundo es el de El Globo y ya me podéis decir "es que no has probado...", "igual no conoces..." venid a Bilbao y me contáis.




Lo dicho, aqui estoy, en el norte de España y es aterrizar el avión y venir directamente a cenar aqui. El exterior del bar siempre está a reventar, muy buen ambiente, familias, amigos...de todo.




En el interior paredes de ladrillo y grandes pizarras, pero lo que viste a este lugar son las exquisitas tapas que coronan toda la barra, y las camareras a pesar de que andan a la carrera, son encantadoras.




Aqui está el famoso foie, caliente y crujiente por fuera, y suave por dentro, con su punto justo de sal...vedlo, babead por él, sufrid porque no lo podéis oler...y esto no ha hecho más que empezar, asi que secaros las babas y dadle a la flecha de bajar para seguir leyendo.




De arriba-abajo:
1- Hongos en su crema con crujiente de jamón, un pincho muy sabroso y los fúngidos (a pesar de que no soy un experto) estaban muy suaves.
2- Queso fundido con paté y pimentón, me supo a poco, quizás porque se me quedó fría y porque el queso me parece demasiado.
3- Txangurro gratinado, es decir, centollo. No me gusta el marisco, pero este pintxo estaba de morirse, sabía mucho a centollo y la capa superior al horno contrastaba con el interior.




Este pintxo sabía que no iba a ser de mi devoción, pero por lo que contenía me apetecía probarlo. Karraspio, contiene algas, huevos de erizo de mar y mejillón, simplemente sabor a mar.




Parmesano con jamón. Pegarle un muerdo y parece que muerdes polvo, una buena sensación y mucho sabor a queso.




Una banderilla de boquerones en vinagre con aceitunas. Pues ya se sabe lo que hay que hacer con estas banderillas...del tirón.




Morcillas con piquillos. Una bola de morcilla caliente rebozada en quicos si no me equivoco. Muy crujiente la capa exterior, y por dentro nada pesada, porque al ser morcilla puedes pensar, ¡vaya tela de pintxo! para nada, ligero tampoco, pero nada pesado.




Queso de cabra con tomate seco y anchoas. Me gustó por el contraste de sabores pero muy pequeña, de un bocado.

La atención buena, rápida, profesional y de precio no llega ni a 20€ con toda la pila de pintxos que me tomé.

Situado en C/de la Diputación 8, Bilbao

Consejo nutricional: Para aquellos que echan por tierra el pan. Si lo ponen en tantos platos, dudo que sea tan "malo", y mezclarlo con cualquier tipo de proteinas o grasas no pasa nada, todo se complementa y todos los nutrientes son necesarios, asi que no desechéis los hidratos de carbono de vuestras vidas, en este caso el pan.