El sábado aterricé en Chicago (Illinois) para comenzar la famosa Ruta66. Aqui estoy, acompañado por mi familia y amigos expertos en la materia, y también por un brutal cambio horario al que no acabo de adaptarme...todo sea cuestión de días, ¡qué digo! que todos los males sean estos hombre, ¡qué estoy de vacaciones!
Comienzo hablando de Chicago porque es el punto de partida de la Ruta66 y porque es una ciudad donde nunca había estado. Te ponen en antecedentes y como todo, sabes que cuando se le da bombo y platillo a las cosas, después se disipan como la gaseosa, pero en Chicago es diferente.
Ahora comprendo a los entendidos en la materia, deben alucinar y disfrutar como niños, me ha pasado a mi y no tengo ni idea de arquitectura. Es alucinante como te abrazan los edificios, y ya no sólo fijarte en los detalles de sus cúpulas o en las diferentes cristaleras, sino en la sombra de unos proyectadas sobre otros, realmente impresionante.
Después de este momento de exaltación, ¡exaltémonos por la comida! Mi octava comida del día, en este caso cena, fue en Elephant&Castle, un pub típico en la ciudad porque tiene la gran suerte/desgracia que por alli pasa el metro, pasa por la superficie y realmente es una estampa curiosa, un reclamo turístico muy americano.
Chicago, la ciudad del viento, de la arquitectura moderna, del hormigón y el acero, que contrasta perfectamente con los famosos mercadillos de los domingos (como en cualquier parte del planeta) donde se mezcla la ropa con las salchichas y con unos que te echan las cartas.
En el estado de Illinois como en la mayoría de los estados americanos se consume mucha hamburguesa y hotdog o perritos calientes. Quizás en lo que difieran es en el desayuno por sus french toast y las bagels, que aunque son de origen judio, son muy consumidas por ellos. Eso sí, el café para llevar de 2 litros que no falte, bueno café, café...yo lo llamaría agua de calcetín.
Salchichas de medio metro, carne de hamburguesa...todo un derroche de colesterol en pan de leche y listo para comer en el momento.
Pero claro, antes de empezar la aventura, todo quisqui tiene que pasar por Lou Mitchell's a comer y probar su archiconocida tarta de chocolate.
Y ya metidos en faena no nos vamos a pedir unas ensaladas no, sandwiches y hamburguesas para todos y sino, unos huevos con beicon. Probé todos los platos y he de decir que estaban muy buenos, eso sí las patatas infumables.
La tarta, ¡la famosa tarta de chocolate! En la foto no se aprecia bien pero el tamaño es grande, éramos 5 y nos sobró tarta. Me sigo quedando con la tarta de La Malquerida.
Y para rematar las tradiciones turísticas, hemos partido de Adam St, para que el viaje salga lo mejor posible, no vaya a ser que no lleguemos por haber salido de otro sitio.
Ahora nos encontramos en Springfield con una gran cantidad de canciones country a nuestras espaldas y algunas millas de más, mañana pasaremos al estado de Misuri, seguiremos informándoles.
Guill,. qué bien lo pasé el año pasado leyendo tus aventuras por EEUU mientras hacia la #Ruta66!!!
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