viernes, 2 de diciembre de 2011

Suiza, bien vales un millón de...francos suizos

Muchas son las ocasiones que he estado en Suiza (temas familiares), pero si me tengo que quedar con una estación, creo que es ahora, el otoño tardío en el que se siguen viendo esos colores rojizos y amarillos por las zonas verdes de las diferentes ciudades, y a parte comienzan los mercadillos navideños, acercarse a un puesto a ver como hacen unos suculentos dulces, a parte por el olor, por el calorcito que desprende.


Mezcla de colores

¿Qué visitar?, principalmente Zurich, porque se come de miedo y es una ciudad pequeña que tiene de todo. También hay que hacer una incursión en Basilea, Friburgo, Berna...y ¿cómo?, en el rápido-confortable-y-demás-adjetivos tren suizo, con una puntualidad suiza, que conecta todas las ciudades (e incluso paises) y es el medio de transporte más cómodo para conocer diferentes lugares, asi que quítate los zapatos y a disfrutar del paisaje.

Reloj de Berna

Hecha la introducción y viendo que esto es harina de otro costal...¡harina!, qué buenos panes los que se comen por Suiza, y es que el buen comer está a la orden del día. Desayunos de campeón, sin tiempo limitado, y con la prensa (del cantón correspondiente) al lado de las tostadas, en eso consistían mis mañanas.


Y si puedes desayunar en una iglesia, mucho mejor

Si tengo que decantarme por un restaurante en Zurich, ese es el Tibits, es una debilidad no sé si por los sabrosísimos jalapeños o porque el pago va en función del peso de comida que lleves. Este restaurante vegetariano cuenta con un extenso buffet y con una amplia gama de bebidas (cafés, tés, batidos...), cada vez que voy me froto las manos y aplaudo con las orejas.

Confieso que la bandeja la tengo en mi casa

Hay otro restaurante muy bueno cerca de la Ópera, el Opera (Hotel Ambassador) donde ponen un roastbeef finísimamente cortado. A parte por la zona centro hay un restaurante muy recomendable, Splüngen (no sé si se escribe así realmente) donde es muy típico el brunch al cual me gusta ir porque ponen la mejor quiche lorraine que he probado en años.

No hay ciudad a la que vaya, ni mercado que se me resista. Me lio la manta a la cabeza (en este caso la bufanda) y empiezo a tocar todo tipo de cosas extrañas que nunca haya visto. Sorprende la variedad de frutas, frutos secos que hay por alli, hortalizas y demás verduras a pesar de ser un país muy muy frío.

Variedad de frutas/os

PD: A parte de comprar una navaja es conveniente visitar las obras del genio Giacometti, la estación de tren diseñada por el controvertido Calatrava (simula el interior de una ballena), y sobre todo esas "casas okupas" donde residen jóvenes con unas ideas que te dejan de piedra. Por lo tanto, cógete unas buenas botas, llena la cartera de francos y a visitar Suiza.

1 comentario:

  1. Muy, pero que muy bueno. Me gusta como te lias la manta a la cabeza con cuatro cositas
    Suerte en tu andadura gastronomico-cultural

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