La semana pasada quedé con mi prima Marina (futura sacamuelas, pero de las buenas) a cenar. Había que aguar las penas de alguna manera, ya no están nuestras mamás que nos hagan comiditas, ya no estamos en nuestra querida Zamora, y el año se presenta largo...pero hay que pensar en positiva hombre, España va mejor (ejem), hemos colocado el doble de deuda (así sí Mariano y mira que no daba ni un duro por ti), y la economía ha pasado de la UVI a planta directamente, asi que ¡celebrémoslo!, que ni S&P ni nadie nos ague la fiesta quitándonos el sobresaliente.


Aqui el menda es una persona anti-comida-rápida. Alguna vez he ido al Mc Donalds, pero no fue hasta el año pasado que asistí a un Burger King, y pensaréis, "lo que te has perdido campeón"...pues no, ¡la de bocadillos de jamón que os habéis perdido vosotros!
Esto no tiene nada que ver con comida rápida, pero en el Tommy Mel's (primo-hermano del Peggy Sue) sí dan hamburguesas, perritos y demás formatos a los cuales soy bastante reticente.


Entrar en este diner americano y realmente flipar, mucho neón, máquina de música INSERT COIN, camareras con vestidos llamativos, sillones de skay, cantidades industriales de años 50 y demás colorido no apto para epilépsicos, colorido pasteloso que empalaga bastante pero que mola, si, si, mola, alli el lenguaje que se usa es super, es guay, es extradetodo, es ponerte las botas hasta reventar. Me tengo que ir preparando porque este año hago la Ruta 66 (aprovecho el parénteis, si alguien la ha hecho, encantado de recibir información).


Sentados a la mesa intentamos descifrar la carta, estamos en España y siguen llamando a unas patatas fritas, fries, bacon & cheese...normal que mi padre no venga a estos sitios, se acojona por si al pedirlo no le sale ese acento tejano. Pero claro, entrar alli es dejar los prejuicios fuera, ¡estamos en América! asi que empezad a mover las caderas a ritmo de rock&roll que os voy a comentar que cenamos.

Aqui están las famosas patatas con queso y beicon, me gustaron, quizás el beicon en exceso frito pero realmente es como a mi me gusta. El queso cheedar empalagoso que casaba a la perfección, buena elección y el formato donde nos lo traen me gustó, cuenco, papel de envolver...


La rubia se pidió "Tommy Mel's" una hamburguesa con salsa Mel's, lechuga, tomate, cebolla roja, pepinillo y cubierta con queso cheddar fundido, beicon crujiente y cebolla caramelizada. Buena, pero un poco dulce por parte de la cebolla lógicamente y creo que también por el pepinillo. La carne muy buena, al punto, aunque le mata el sabor la salsa.


En mi caso opté por la "Top Cheese". Me gusta mucho el queso y esta no se quedaba corta en cuestión de lácteos. Lechuga, tomate, cebolla roja, salsa Mel's y cubierta de quesos fundidos, cheddar, emmental y azul. ¡Triunfé! Estaba buenísima (para decir yo esto...), la combinación con el queso es brutal y la carne como digo, estaba buenísima. Como podéis ver el pan es bueno, huyen del típico (y malo) pan de hamburguesas.


Cuando ya nos goteaba la salsa por los codos, decidimos pedir un postre, algo contundente, estábamos que tirábamos la casa por la ventana. "Tommy Mels brownie Sundae" o lo que es lo mismo, una bomba de relojería en formato copa. ¡Buah que empacho! Helado de vainilla, trocitos de brownie de chocolate, salsa de chocolate fundido y mucha nata. Lo pedimos para compartir, y lo que teníamos que haber hecho era haberlo compartido con todo el restaurante porque no pudimos con el. Me gustó el contraste de frío y calor, me gustó el brownie y me empalagó la nata. ¡Nos costó la verdad! 

La atención buenísima, la camarera en concreto muy simpática y atenta, y son bastante rápidos. De precio también está muy bien, en torno a 12-15€. Un pero es que no admiten reservas y si vas en hora punta, hay que esperar.

Situado en C/Hortaleza 34, Madrid (hay más repartidos por Madrid e incluso España)