El miércoles aprovechando la Madrid Restaurat Week, fui a cenar y disfrutar de una buena conversación con 3 bellas damas (jamás pensé que usaría estas palabras en la misma frase).
¿Y qué es la Madrid Restaurant Week? Una iniciativa que pretende conjugar la experiencia de poder disfrutar de los mejores restaurantes de Madrid con las mejores acciones de responsabilidad social. Con un total de 47 restaurantes (de los mejores de la ciudad) en los que se sirve un menú de 24€ + 1€ como donativo.
Entre las ONGs o asociaciones encontramos a la Fundación Española del Corazón (FEC) o el Banco de Alimentos de Madrid, asi que tenéis hasta el domingo 25 de marzo para disfrutar de estos restaurantes de la capital y ¡todo por una buena causa!
Nuestro restaurante elegido fue Dassa Bassa, del prestigioso chef Dario Barrio el cual vino a saludarnos, después fui a hablar con él pero ya se había ido. Dario, como ya me dijiste, tenemos una charla pendiente.
Por dentro una gran pared con todos los tipos de vinos preside la entrada. Un ambiente tranquilo, buena música de fondo y unas escaleras que llevan a lo que son 4 salas donde disfrutar (sin cobertura) de una buena comida.
Mucho blanco en las paredes que me recordaba al restaurante El Recuerdo. Esos ladrillos muy neoyorkinos le dan ese toque "agresivo" y tranquilo a los diferentes espacios que contrastan con la pulcritud de las mesas.
Como aperitivo pudimos disfrutar de unas chips de yuca con alga nori, acompañado por otros palitos de trigo y diferentes variedades de panes.
¿Ya estamos en los cafés? Pensé yo cuando me trajeron otro aperitivo. Capuccino de tapioca con espuma de queso y a parte esférico de campari. Esto último hay que tomarlo de un trago, una rara y buena sensación en la boca. Referente al capuccino, todavía me estoy quitando la espuma del bigote, ¡cómo me gustó!, muy buena textura y una buena combinación, estaba caliente y entraba solo.
El entrante aunque es difícil apreciarlo, era un pudding de cabracho con ensalada. El pudding estaba exquisito, suave y sabroso.
Como plato fuerte nos trajeron una carrilera al vino tinto con puré de apio. Pedazo de carrillera, he de decir. Cuando leí el menú pensé, "ya verás como la carrillera hay que buscarla debajo de una hoja de lechuga..." pues ¡zás, en toda la boca! por listo. Un señor trozo de carne, bien hecha por fuera, cremosa, mantequilla pura ya que se deshacía en la boca, es lo bueno de esta carne. El puré de apio me recordó mucho a una tortilla de patata.
Como postre (en vaso de Coca-Cola haciendo la pelota...) unas peras al vino tinto con espuma de mascarpone y chocolate (si no me equivoco). Buena mezcla, aunque llenaba bastante.
Para rematar la jugada, unas "golosinas". Magdalenas de chocolate, galleta bretona y bambola de macadamia (la nuez nos dió para un tema de conversación).
Mentas poleo y demás infusiones para acabar porque ya era tarde. Buena atención y mira que di el coñazo, que si necesito un cargador para el iphone, que si voy a hacer fotos, que si dónde está Dario...a todos los camareros, gracias por aguantarme.
De precio ya lo sabeis, 25€ (no incluye bebidas, IVAs y demás familia).
Situado en C/Villalar 7, Madrid
Consejo nutricional: Es un menú cerrado asi que a comérselo todo sin rechistar. Puedes dejar un poco del postre (aunque es pecado) ya que es un poco pesado. Por lo demás no hay problema. Si queréis seguir mis aventuras en twitter, lo podéis hacer desde aqui
Sin comentarios:
Publicar un comentario en la entrada