Se considera uno de los mejores restaurantes de Santander por no decir el mejor. Reune una serie de factores que un crítico gastronómico tiene apuntados en su moleskine tales como:
- Limpieza 10
- Comida 10
- Atención 10
- Servicios 10
- Café 10
Realmente no sé si estos son los puntos a valorar ni estas las valoraciones, ya sabéis muy bien lo que me parezco yo a un critico gastronómico, lo que un huevo a una castaña vamos.
Si no me equivoco no teníamos mucho tiempo, fue un restaurante al que fuimos a topar de casualidad y el trabajo lo teníamos como postre así que La Bombi lo recuerdo como un lugar de "a la carrera" en mi caso.
Por dentro un lugar con mesas vestidas de blanco inmaculado y sillas de madera antigua. El local es de piedra con motivos marineros, barcos, timones y demas merchandising. La gente en su mayoría muy adulta, señores de puro al finalizar una buena jornada y señoras con el Chanel Nº5 y las perlas correspondientes.
Parece un simple tomate de entrante, no vais desencaminados, pero ¡qué tomate! Porque cuando fui era época de tomates y con un chorro de aceite y sal, una cosa tan sencilla puede convertirse en un plato muy gustoso. Atentos al plato, es gracioso.
De segundo me pedí lubina con patatas y ajo, o con LA patata, EL tomate cherry y EL calabacín. Lubina suave, en su punto perfecto y muy fresca.
Atención muy correcta aunque sorprendidos se debieron quedar al ver que íbamos a la carrera. De precio en torno a 25€ pero es un restaurante más caro, porque sin postre, y con un tomate de primero la cuenta realmente no asciende a lo que es.
Situado en C/Casimiro Sáinz 15, Santander
Consejo nutricional: La lubina, ese pescado blanco que junto con la dorada parece ser que sólo se pide en restaurantes y mira que es bajo en grasa y rico en proteinas. Tiene K, Fe, P y vitaminas del grupo B. No os compliquéis y hacedlo en casa, mi amigo Paco o Alfonso os pueden sacar del apuro.
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