Quizás no es bueno empezar poniendo fotos de papel higiénico por encima de una mesa, pero es que el
Sentados a la mesa, pedimos unas berenjenas, miel de caña y hummus. Muy visto lo de la miel pero puntazo por lo del hummus, ¡bravo por unir las verduras con las legumbres! Estaba bastante buenas, y muy tiernas.
La cubitera del vino blanco en forma de bolsa transparente me parece muy graciosa. Ya me han dicho que se pone mucho por ciertos sitios, pero yo no soy de restaurantes de #dejarsever así que, ¡déjenme que me sorprenda!
Continuamos con un huevo poché, parmentier de patata y trufa negra. A mi con estas cosas si que me enamoran. Muy parecido al potito de La Gabinoteca, es una explosión de sabor en la boca de diferentes texturas y sobre todo aromas.
Para rematar con los salados, steak tartar con huevo de codorniz y tartar de atún con aguacate y brotes acompañados ambos de unos panes muy saborizados para mi gusto pero novedosos cuanto menos. Me quedo con el steak tartar.
De postre coulant de chocolate, corazón blanco y nutella...bastante bueno y el formato minisartén más todavía, ¿será tendencia? #foodhunter.
La atención de 10, muy correctos, atentos y sin ningún problema. Quizás haya problema a la hora de reservar, pero al ir en un día entre semana no tuvimos problema. De precio en torno a 25€ cabeza con vino, bastante bien. Fuimos 3.
Situado en Paseo de la Castellana 44, Madrid
Consejo nutricional: La trufa al ser un hongo, contiene muchas vitaminas del grupo B, al igual que potasio y fósforo. Importante acompañar con alimentos no tan potentes en sabor, porque lo que le hará al plato es aromatizarlo. Puedes encontrar aceites de trufa en una versión más económica.
Sí lo del baño eróticofestivo tiene su punto, un no a las cosas que vienen en bote cerrado y un NO más rotundo a beber cosas en botes, modernos parad!
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