Siempre me planteo lo siguiente, ¿un sitio mono y qué se coma bien? Pues existen y mejor dicho, se come muy bien. La Verónica es mono pero huye de esos sitios de postureo donde el ambiente mola mucho pero que realmente no comes nada del otro mundo.
Por dentro te encuentras un espacio alegre, lleno de colores donde predomina el blanco que ilumina todo el local y donde las sillas y las mesas casan sin casar, todas distintas.
Tras las presentaciones con Mariana, empezamos a mover el bigote a ritmo de alcachofa. Un toque en la plancha de vuelta y vuelta y 2 gotas de Maldon, ¡voilà! Un plato saludable, ligero y muy sabroso.
Eso sí, el aperitivo fue acompañado por una ensaladilla rusa con ventresca y alcaparras y con una especie de salsa rollo mojo picón pero sin picar.
Continuamos con foie de pato casero y mermelada de higos, para seguir picando. Plato más contundente pero perfecto para este calor que tenemos en la capital.
Mariana, que es un cacho de pan, nos trajo un poquito de arroz con almejas para probar. Le dijimos que se sentase a la mesa a comerlo con nosotros pero no coló. Lo que sí colaron, fueron estas albóndigas. A la izquierda de pollo de corral en salsa pepitoria (para chuparse lo dedos) y a la derecha de chipirones, toda una novedad. Salsa bien ligada por ambas partes y unas albóndigas bien hechas a pesar de la complicación, sobre todo por la de chipirones.
Steak tartar. Perfecto para compartir y muy bueno. Quizás le hubiese metido un pelín más de picante, pero ellos ya me dijeron que no les gusta mucho trabajar con picante, cierto es que mata mucho los sabores.
Siempre me dejo guiar por los vinos, pero cuando me dan a elegir, elijo el mío. Hasta que Mariana me dijo que probase ese...La Tarara, tomen nota porque este tinto es una joven promesa.
Y como colofón, el mítico de la casa. Pasta fresca con carabinero, todo un espectáculo fotográfico y culinario. Impresionante a la par que sencilla la presentación, al igual que la forma de prepararlo. En un momento te desmontan el carabinero y listo para comer. Muy muy sabroso.
En los postres nos trajeron rotuladores...ese día iba con gorra y saqué mi lado más rebelde y creativo entre tartas de chocolate blanco, negro, tartas de queso y demás frambuesas.
Nos invitaron a unos gin tonics que para eso era viernes. Unos gin que te preparan en el momento y de una forma nada moderna ni pretenciosa, se aleja mucho de "las sopas juliana" que por ahí te ponen. Atención familiar y maravillosa, un equipo muy profesional y Mariana todo un encanto, me siento que fuí a comer a su casa. De precio puede rondar los 30€ según lo que pidas.
Situado en C/ Moratín 38, Madrid
Consejo nutricional: Las albóndigas es un formato de comida que se usa en muchas culturas, conocido en Oriente como falafel o las famosas "meatballs" en América. Empieza una vuelta a esta pelota ya sea de carne, pescado o vegetal, pero este formato (por lo menos en España) va a volver.
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