Soy consciente de que soy el tío más pesado repitiendo día tras día la importancia del desayuno, de hecho una de las entradas que más os han gustado es "¿Qué pasa cuando no desayunamos?" y eso es gracias a mi persistencia, y vale, ¡a lo pesado que soy también!

Estoy seguro que todos los días no coméis pollo al horno, ni cenáis una ensalada de tomate con orégano, al igual que vuestros desayunos no deberían ser todos los días iguales.
Está claro que hay unos básicos que no deben cambiar, al igual que el negro pega con todo, a diario coméis con agua, vino o cerveza, lógicamente en el desayuno tomaréis café, Colacao o una infusión, eso es inamovible, pero sí hay alimentos que se pueden variar.




Desde mi punto de vista un buen desayuno tiene que estar compuesto por un lácteo, fruta, cereales, proteínas animales y grasas, sin olvidarnos del agua.

Lácteos - No caigas en la rutina de tomarte un vaso de leche todos los días, modifícalo por un yogur con frutos secos, o por un poco de queso.
Fruta - Aquí el abanico es más amplio. Si eres forofo del zumo de naranja, ¿por qué no probar el de pomelo, melocotón o el exquisito zumo de granada? Aparte un kiwi a primera hora no viene nada mal, una pera, o en este tiempo, una rica sandía. ¡Ojo con las cantidades que os lo tomáis todo al pie de la letra!
Cereales - Si estás aburrido de la tostada, mete los cereales en ese vaso de leche del que tan cansado estás de ver, o incluso en el yogur. Eso sí, un truco para no caer en el aburrimiento de la tostada, es variando el pan. Pan de centeno, de 7 cereales, integral o mi preferido, las tortas de pueblo.
Proteínas animales - Si te cansa ver todos los días el jamón (que lo dudo), prueba con un poco de pavo, jamón cocido, o cualquier variedad con especias.
Grasas - No soy muy amigo de las mantequillas o margarinas, así que simplemente diré AOVE, Aceite de Oliva Virgen Extra, de esto no te puedes cansar, unas gotitas para alegrar el día.

Hecho todo esto, ya estaréis listos para salir a la calle, ¡ah, buenos días!