jueves, 19 de abril de 2012

¿Un impuesto para las grasas?

Una pregunta directa, concisa, bastante clara...así empiezo hoy.
Una cosa similar se preguntaban en un artículo hace un par de meses, artículo que leí en un suplemento de prensa nacional.
Ahora bien, al contrario que la pregunta, la respuesta no resulta nada clara, parece ser que el tema trae cola porque hay gente a favor, en contra y a medio camino entre comerse una ensalada o una hamburguesa.

Si os resulta sorprendente, quiero ir al grano y poner un ejemplo. Los daneses y todos esos heroes del frío del norte de Europa, están muy concienciados con una vida sana, por lo que ellos sí se han subido al carro de los impuestos, para ser exactos, 15 céntimos más por hamburguesa y nueve por una bolsa de snacks, es decir, tasa especial para los alimentos que contengan más de un 2,3% de grasas saturadas, las grasas malas, las peligrosas para la salud cardiovascular y no cardiovascular.
Agárrate los machos que viene la “tax fat”, ríete tú de la subida del metro...
Productos con azúcar, sal y grasa están en el punto de mira, todo el mundo los "odia", pero la gente no se da cuenta de que esos compuestos son NE CE SA RI OS para la vida, sin ellos no podríamos vivir, pero eso no quiere decir que debamos abusar.




Ahora bien, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se prevee que haya una media de 700 millones de obesos para el 2015. Cuando leí esta cifra casi me caigo de la silla en vez de frotarme las manos con la de dietas que voy a realizar…¡dónde vamos a llegar!
Yo siempre he dicho que no existen ni alimentos buenos ni malos, sino malos hábitos. Dicho esto seguro que voy al cielo, asi que ahora estaré libre de pecado y podré decir todo tipo de improperios.
Visto lo visto, se me viene otra pregunta a la cabeza, ¿comemos más comida basura porque es más barata? Que lo hagan en EEUU lo puedo entender (va en su educación) y sí, es más barata, pero que lo hagamos en España, ¡aquí!, que somos de dieta mediterranea (de boquilla), que tenemos mar, montaña, frío, calor, sol y lluvia y sus derivados…no entiendo como podemos seguir consumiendo semejantes “bombas de relojería” en formato diminuto, lo he dicho muchas veces, ¡viva el bocadillo de jamón!.
En el mismo artículo se propone no “multar” o agravar la comida rápida, sino subvencionar la fruta, verdura, pescados…esto viene a ser un premio al niño por hacer los deberes, no lo acabo de ver del todo bien.
Bromas aparte, esta medida la veo bien/mal al mismo porcentaje, si se pudiese perfilar más, yo propondría incluir impuestos o tasas para la gente con obesidad, sobrepeso y demás…¿que nos estamos quedando sin libertad y que tú comes lo que te sale de los coj****? Lo entiendo, pero no seré yo quien pague tus platos rotos.

Dicho esto seguro que he bajado 2 puntos del cielo y he perdido algún que otro amigo, pero como se suele decir “las opiniones son como los culos, cada uno tiene el suyo”.
Lógicamente esta opinión habrá que reforzarla de alguna manera para no quedarme “con el culo al aire” y es que más que aumentar los impuestos de los alimentos grasos (saturados), se lo incluiría a las personas obesas, con sobrepeso y con riesgos cardiovasculares y de salud en general, ¿y cómo controlamos esto? Aqui en España que triunfa la picaresca, seguro que tu prima de la talla 36 te puede bajar al Supermercado a comprar unos bollos con chocolate y tema resuelto. Sinceramente es complicado.

Como conclusión es mejor prevenir que curar, o lo que es lo mismo, educar a la gente a comer bien, y no quitarle la grasa que le sobra cuando ya no haya otro remedio y retomando el tema del culo, ya que estamos escatológicos, “levanta tu culo del sofá y ponte a caminar”, aboga por una vida activa.

2 comentarios:

  1. Vale tio! por el consejo tan sincero

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  2. no estaria mal un impuesto, las grasas saturadas al igual que el tabaco son perjudiciales para la circulacion cardiovascular. Con un impuesto sobre las grasas saturadas, los precios de la comida basura subiria y se consumiria menos. Un saludo!

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